De camino a nuestro viaje por el perirgord hicimos un parada en uno de los pueblos más bellos y mejor conservado del sur de Francia. Se trata de la villa medieval de Castelnou situada cerca de la frontera entre Francia y España, en el departamento de Pirineos Orientales, región de Languedoc-Rosellón. El pueblo está clasificado como uno de los pueblos más bellos de Francia y la verdad que han acertado.
Si venimos de España en dirección Perpiñán antes de llegar a este ciudad tomaremos el desvío hacia la localidad de Thuir, algo más grande y con muchos sitios para comer que resultan bastante útiles para después de la visita a Castelnou. Desde Thuir tomaremos la carretera comarca D48 que nos llevará a Castelnou.
El pueblo se encuentra situado entre montañas y a medida que nos acercamos sus murallas y castillo dibujan una silueta espectacular.
En la parte más alta del pueblo se erige vigilante el castillo de Castelnou, construido en el año 990 por el señor feudal de Castellnou. Como dato curioso, el castillo fue asaltado y tomado en 1276 por Jaime II de Mallorca, aunque en el año 1293 volvió a ser tomado por Jaspert V de Castellnou.
Desde que se atraviesa el portón principal es como sumergirse en la época medieval. El pueblo sigue intacto, con sus calles y casas de piedra en un ambiente tranquilo que solo se ve alterado por la visita de algunos turistas curiosos que se acercan a visitar el pueblo.
Nosotros no llegamos a entrar al interior del castillo porque la entrada nos pareció un poco cara para lo que realmente se ve. Si queréis ver castillos medievales en Francia disfrutaréis mucho más con el de Beynac-et-Cazenac o cualquiera de los castillos cátaros (Queribús, Perypertuse, Carcassonne…).
Antes de salir del pueblo y para acabar la visita no olvidéis hacer una visita a la iglesia adyacente de Sainte Marie del Mercadal.
La visita nos llevó alrededor de una hora y media y es muy recomendable. Fue una gran manera de empezar nuestro viaje por Francia. Tras la visita ponemos rumbo a Carcassonne.
