Europa está llena de palacios increíbles, muchos de ellos cargados de historia, arte y ese aire majestuoso que te hace viajar en el tiempo. Aunque casi todos conocemos los más famosos, como Versalles o Schönbrunn, también existen otros menos conocidos que, sin hacer tanto ruido, son auténticas joyas. En esta guía hemos querido alejarnos un poco de los clásicos para mostrarte palacios que sorprenden por su arquitectura, sus jardines y las historias que guardan entre sus muros.
Te proponemos un viaje por once palacios europeos que quizá no tenías en el radar, pero que te van a fascinar. Desde los colores de Sintra hasta la elegancia barroca de Wurzburgo, pasando por castillos escondidos entre bosques, salones imperiales y jardines que parecen sacados de un cuento. ¿Te vienes?
1. Palacio da Pena (Portugal)
Ubicado en la sierra de Sintra, cerca de Lisboa, el Palacio da Pena es una notable muestra del romanticismo del siglo XIX. Originalmente fue un monasterio del siglo XV abandonado tras el terremoto de 1755, hasta que el rey Fernando II lo transformó en una residencia real entre 1836 y 1854, llenándolo de color y combinando estilos gótico, manuelino y morisco.
Sus jardines son una obra botánica extraordinaria, diseñados con caminos sinuosos, estanques y especies vegetales provenientes de distintas regiones del mundo. Desde su ubicación elevada, las vistas hacia el Atlántico y el paisaje circundante son impresionantes. El Palacio da Pena es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1995, junto con todo el paisaje cultural de Sintra.
2. Palacio de Aranjuez (España)
Situado en Aranjuez, al sur de Madrid, este palacio fue la residencia primaveral de los reyes españoles desde Felipe II, quien lo encargó en 1561, aunque su construcción principal se extendió hasta mediados del siglo XVIII. Destaca por su mezcla arquitectónica entre estilos renacentista y barroco, con arquitectos como Juan Bautista de Toledo y Francesco Sabatini.
Sus jardines, como el Jardín de la Isla y el Jardín del Príncipe, reflejan influencias italianas, francesas e inglesas, y son considerados obras maestras del paisajismo europeo. El Palacio y sus jardines forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2001. El Museo de Falúas Reales expone embarcaciones utilizadas por la realeza en el río Tajo.
3. Palacio Kadriorg (Estonia)
En Tallin, capital de Estonia, el Palacio de Kadriorg fue construido por orden del zar Pedro el Grande en 1718 como regalo para su esposa Catalina I. Diseñado por el arquitecto italiano Nicola Michetti, sus jardines simétricos están inspirados en Versalles y son un lugar ideal para pasear.
Desde 1921, el Palacio alberga el Museo de Arte Kadriorg, que cuenta con obras europeas desde el siglo XVI hasta el XX. El parque circundante es muy popular entre los habitantes locales por su tranquilidad y belleza.
4. Palacio de Brühl (Alemania)
En Brühl, cerca de Colonia, este palacio rococó fue construido a partir de 1725 para el arzobispo Clemens August. Los arquitectos Johann Conrad Schlaun y François de Cuvilliés dirigieron el proyecto, destacando especialmente la magnífica escalera imperial diseñada por Balthasar Neumann.
Sus jardines barrocos, obra de Dominique Girard, están perfectamente conservados. El Palacio de Augustusburg, junto con el Palacio de Falkenlust, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984. Actualmente se utiliza para recepciones oficiales del gobierno alemán.
5. Frederiksborg (Dinamarca)
Situado en Hillerød, Frederiksborg es el mayor palacio renacentista de Escandinavia. Construido entre 1602 y 1620 por el rey Christian IV sobre tres islotes del lago Slotssø, ofrece un entorno excepcional.
Tras un incendio en 1859, fue cuidadosamente restaurado con el apoyo de JC Jacobsen, fundador de Carlsberg. Desde 1878 alberga el Museo de Historia Nacional danés. Destaca especialmente la Capilla del Castillo, tradicionalmente utilizada para las coronaciones reales.
6. Castillo de Peles (Rumania)
En Sinaia, cerca de los Cárpatos, el Castillo de Peleș fue construido entre 1873 y 1914 como residencia veraniega del rey Carlos I de Rumanía. Su arquitectura neorrenacentista combina influencias germánicas.
Sus 160 habitaciones, como la impresionante Sala de Armas, con más de 4.000 piezas históricas, y la Sala de Música, con muebles indios, destacan por su riqueza decorativa. Peleș fue pionero en electricidad y calefacción central en Europa. Hoy es un museo visitable.
7. Castillo de Litomysil (República Checa)
Construido en la segunda mitad del siglo XVI en Litomyšl, este castillo renacentista es conocido por sus esgrafiados exteriores y su patio con arcadas. Los elementos barrocos añadidos en el siglo XVIII incluyen un notable teatro histórico.
Reconocido por la UNESCO en 1999, este castillo es especialmente valorado por conservar uno de los teatros barrocos mejor preservados de Europa, ofreciendo una perspectiva única sobre la vida aristocrática de la época.
8. Palacio de Blenheim (Reino Unido)
Cerca de Oxford, el Palacio de Blenheim fue construido entre 1705 y 1722 en honor al duque de Marlborough por su victoria en la batalla de Blenheim (1704). Su arquitecto fue John Vanbrugh y es un notable ejemplo del barroco inglés, además del lugar de nacimiento de Winston Churchill.
Sus jardines diseñados por Capability Brown abarcan más de 800 hectáreas con paseos, lagos y praderas. El Palacio es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1987.
9. Palacio de los Papas (Francia)
Ubicado en Aviñón, este palacio gótico del siglo XIV fue sede papal durante siete décadas tras el traslado desde Roma. Dividido en el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo, cuenta con frescos notables de Matteo Giovannetti.
Es el mayor palacio gótico medieval del mundo, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1995.
10. Palacio de Topkapi
El Palacio de Topkapi, erigido por orden del sultán Mehmed II después de la conquista de Constantinopla en 1459, ha sido la joya de la corona del Imperio Otomano durante siglos. Con dos patios principales, el Primero y el Segundo, el palacio sirvió tanto como residencia real como centro administrativo.
En la actualidad, aunque ya no se utiliza para asuntos oficiales del estado, el Palacio de Topkapi sigue siendo una atracción turística de primer nivel en Estambul. Sus coloridos mosaicos y escritura árabe dorada cuentan la historia de la realeza otomana y su opulento legado.
Construido en etapas, desde 1453 hasta el siglo XIX. Destacan su harén, el Tesoro Imperial y la Biblioteca de Ahmet III. Fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1985.
11. Residenz de Wurzburgo (Alemania)
La Residenz de Wurzburgo, situada en Baviera, fue construida entre 1720 y 1744 por encargo del príncipe-obispo Johann Philipp Franz von Schönborn. Este imponente palacio barroco fue diseñado por el arquitecto Balthasar Neumann, considerado una obra maestra del estilo barroco alemán.
En su interior destaca la impresionante escalera imperial y los frescos realizados por el pintor veneciano Giovanni Battista Tiepolo. Sus jardines y plazas complementan la elegancia del conjunto. La Residenz es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1981.
Sabemos que hay muchos más palacios que merecerían estar en esta lista, pero nos hemos centrado en aquellos que creemos que pueden sorprenderte de verdad.
Y si conoces algún otro que te haya impresionado, ¡cuéntanoslo en comentarios!