Hoy os traemos una ruta circular fácil de realizar y en la que encontraremos gran variedad de paisajes y lugares de interés. Durante este recorrido descubriremos la pintoresca Ermita de la Santísima Trinidad, también conocida como Ermita de Valldemossa, y nos adentraremos en el Bosque de Miramar, uno de los más bonitos de la Serra de Tramuntana. A lo largo de este frondoso bosque de encinas veremos algunas construcciones típicas como hornos de cal y “sitges” así como alguna que otra sorpresa como el Mirador dels Tudons mandado construir por el Archiduque Luis Salvador.
Comenzamos la excursión desde las inmediaciones del restaurante Can Costa, situado en la carretera MA-10 en dirección Deià a unos 3 km de Valldemossa. Aunque es posible subir en coche hasta la ermita, esta vez aparcamos abajo para disfrutar del paseo hacia la ermita y alargar un poco la excursión. Desde la carretera, frente al restaurante, tomaremos el camino asfaltado que asciende por la montaña en dirección a la ermita de la Santísima Trinidad. Si el día está despejado podremos ver a nuestra izquierda una torre de estilo árabe y las primeras vistas panorámicas. Tras algunas investigaciones he podido descubrir que esta torre también fue mandada construir por el Archiduque Luis Salvador a juego con la torre del Puig de la Moneda edificada algunos años antes, también a principios del siglo XX.
Ermita de la Santísima Trinidad
En unos 20 min llegaremos a la ermita. Para entender el porqué de una ermita en este lugar tenemos que remontarnos al siglo XIII, cuando Ramón Llull fundó el Monasterio de Miramar dónde estableció la Escuela de lenguas orientales. Desde ese momento se inició una importante tradición religiosa en el Bosque de Miramar que atrajo a numerosos ermitaños de forma intermitente durante los siglos siguientes.
En un primer momento los ermitaños se establecieron en la zona en pequeñas ermitas, como las Ermites Velles o en cuevas. Aunque no fue hasta el 1646 cuando el ermitaño Joan de la Concepció Mir i Valles, originario de Alaró, creó la congregación religiosa de San Pablo y San Antonio y fundó dos años mas tarde la actual ermita de la Santísima Trinidad. De esta manera, se consolidó la tradición eremítica del bosque de Miramar hasta nuestros días.
Hoy en día la figura de Joan de la Concepció se considera el padre de los ermitaños de Mallorca.
Con estos antecedentes históricos, no importa decir que la visita a la ermita es una parada obligada en esta ruta. La entrada es gratuita y el horario de visita lo encontramos en la entrada. Los horarios en 2018 son los de la foto:
En su interior podremos ver el patio con el aljibe, visitar un pequeño pero coqueto oratorio y disfrutar de las fabulosas vistas desde su terraza, para mí una de las vistas más especiales de esta zona de la Tramuntana.
La verdad que no me extraña que eligieran este lugar para erigir la ermita. Realmente se respira paz en este lugar entre las vistas al mar y la tranquilidad de la montaña.
Ruta circular por el Bosque de Miramar
Tras la visita a la ermita empezaremos la ruta circular por el bosque de Miramar. El inicio lo encontraréis cerca del merendero de la ermita junto a una barrera que limita el área de la misma. Acto seguido el camino se divide en dos, tomaremos el camino de la derecha para volver luego por el de la izquierda. Nada más empezar encontramos un pequeño merendero junta a una puerta que esconde el llamado bufador. Se trata de un curioso fenómeno que puede darse en zonas de roca cáliza como la Serra de Tramuntana. De estos agujeros emana corriente de aire frío proveniente de un sistema de cavidades. Probablemente los ermitaños quisieron sacar provecho de este “refrigerador” de la época.
A partir de este momento el camino se adentra paulatinamente en un frondoso bosque donde predominan las encinas.
Ermites Velles
No tardaremos en divisar los imponentes muros de piedra del antiguo recinto de las Ermites Velles. Se trata de un antiguo complejo eremita compuesto por las ermitas de Sant Pau y Sant Antoni y que abarcan un área de casi 3000 m2. El camino cruza por el recinto central aunque si nos desviamos hacia la izquierda podremos ver un segundo recinto dónde podremos ver el resto de edificaciones junto con un antiguo aljibe.
La verdad que impresiona encontrar todas estas ruinas bajo la oscuridad de este encinar y nos da una idea de la importancia espiritual de este lugar.
Tras dar un paseo por los restos de las ermitas, retomamos el sendero que ahora discurre por una de las partes más bonitas. Por momentos parece que nos encontramos en un bosque encantado.
Oficios del bosque de Miramar
En aproximadamente 10 minutos llegaremos a un cruce de caminos en el que deberemos girar a la izquierda. A lo largo del recorrido, pero especialmente en esta zona, encontramos los restos que atestiguan los antiguos oficios del bosque. Desde hornos de pan hasta las sitges para hacer carbón.
Mirador dels Tudons
Cinco minutos más y llegamos a nuestra siguiente parada: el mirador dels Tudons. Se trata de uno de los miradores más bellos del Archiduque Luis Salvador compuesto por una torre cilíndrica de piedra a la que se accede por una amplia escalera. Desde aquí disfrutaremos de una espectacular vista panorámica sobre Na Foradada y el monasterio de Miramar, aunque con el tiempo la vegetación ha ido acotando las vistas aun puede disfrutarse de una bonita vista.
Capilla del Puig Verger
Desde este mirador, nos salimos momentáneamente de la ruta circular para subir hasta la capilla del Puig Verger, una peculiar edificación de estilo árabe mandada también construir por el Archiduque Luis Salvador. En particular, para su construcción se inspiraron en la qubba, una estructura arquitectónica habitual en el arte musulmán que se compone de una base cuadrada y una cúpula. Sorprende encontrar elementos de este tipo entre un bosque de encinas pero los caprichos del Archiduque no dejan de sorprenderme.
Volvemos sobre nuestros pasos y retomamos el camino. Descenderemos hasta llegar prácticamente a la que era la antigua hospedería del Archiduque conocida como Ca Madò Pilla junto a la carretera de Valldemossa – Deià. Antes de llegar a la carretera el camino se bifurca en dos y deberemos girar por el camino de la izquierda. Este es el tramo final de la ruta circular que nos llevará de vuelta a la ermita de la Santísima Trinidad. El camino es amplio y cómodo y discurre por el tranquilo bosque que de vez en cuando nos da un respiro regalándonos imágenes espectaculares sobre el mar. Uno de esos claros nos permitirá ver la Torre de Son Galceran construida en el siglo XVI para vigilar ante la posible llegada de piratas turcos.
Finalmente llegaremos de nuevo a la bifurcación inicial junto a la ermita de la Santísima Trinidad para poder iniciar el descenso por el mismo camino de ida hacia la carretera. Así ponemos fin a una excursión de aproximadamente 2h (algo más si realizamos el desvío a la capilla del Puig Verger) muy variada y a la vez fácil. Personalmente creo que es una buena excursión para hacer con niños o iniciarse en el mundo del senderismo por la Serra de Tramuntana.
Otras rutas cercanas:
Información práctica
Te dejamos algunos enlaces prácticos para preparar tu visita al municipio de Valldemossa:
Página oficial de turismo de Valldemossa
Alojamiento en Mallorca