Excursión a la Talaia Nova del Cap Vermell (Canyamel, Mallorca)

Hoy nos vamos al extremo oriental de la isla de Mallorca para realizar la excursión a la Talaia Nova del Cap Vermell, una bonita ruta de senderismo para realizar en la localidad costera de Canyamel en el municipio de Capdepera. Durante esta excursión podremos disfrutar de magníficas vistas sobre la costa de la península de Artá y el valle y playas de Canyamel. Además, durante la caminata veremos dos atalayas de vigilancia costera conocidas como Talaia Nova de Cap Vermell y Talaia Vella, aunque de esta última solo se distingue su base.

Es una excursión relativamente sencilla que nos acerca a esta parte del litoral de Mallorca que no solemos frecuentar mucho. Esperamos que os guste.

Datos prácticos

Duración total: 2h 15min (incluyendo paradas)
Distancia: 3km
Dificultad: fácil-media.

Descripción de la excursión

Iniciamos la excursión en la calle de la ermita. El punto exacto está marcado en el mapa al final de este artículo. Una baliza de madera con una banda azul nos marca el inicio del sendero. Durante el camino encontraremos varias balizas de este tipo que nos servirán de guía junto a las marcas en la roca y los montones de piedras o fites.

Nada más empezar encontramos un cartel informativo muy desgastado con un mapa de las torres de Mallorca y la historia de la Talaia Nova. A partir de ahí, el sendero asciende rápidamente por el pinar dejando los chalets de la urbanización y la playa de Canyamel cada vez más abajo.

A medida que ganamos altura se nos empieza a descubrir el paisaje costero con la playa y la urbanización de Canyamel como protagonistas.

Al llegar a la parte alta llegaremos a una intersección señalada con otra baliza de madera. El sendero de la izquierda nos lleva a la Talaia Nova. El de la derecha a la Talaia Vella. Decidimos empezar por la Talaia Nova ya que se encuentra a más altura.

Talaia Nova del Cap Vermell

El sendero hacia la torre empieza detrás de la caseta abandonada. Solo tendremos que seguir los montones de piedras o “fites” y algunas marcas en la roca que nos guían durante el ascenso a la cima. Hay que decir que no es un camino cómodo pero fácil si estáis acostumbrados a hacer excursiones.

Al llegar arriba nos recibe la Talaia Nova del Cap Vermell, construida en 1595, que afortunadamente se encuentra en un magnífico estado gracias a una reciente restauración.

Está situada a 210 m de altura y goza de una magnífica vista de 360 grados sobre el entorno. Por un lado toda la costa de Capdepera siendo visible en los días claros la silueta de la siguiente atalaya, la de Son Jaumell. Por otro lado, la bella estampa del valle de Canyamel y su inconfundible torre del siglo XIII. En esta época del año luce con un verde espectacular.

Seguimos la excursión. Bajamos por el mismo sendero hasta encontrar a medio camino un desvío marcado con una baliza y una flecha azul. Este camino es el que conduce hasta la urbanización de Provensals y la Font de Sa Cala. Nos desviaremos momentáneamente para ver una cavidad que se forma bajo la montaña. No hay que olvidar que es una zona donde predomina la roca calcaria como evidencia las Cuevas de Artá situadas bajo el camino que recorremos hoy.

Tras este pequeño desvío regresamos a la intersección que decíamos al inicio, pasada la caseta en ruinas. Ahora tomamos el sendero en dirección a la Talaia Vella que nos lleva hacia el extremo del Cap Vermell.

Talaia Vella

Este tramo es el más dificultoso de la excursión. Básicamente por los siguientes factores: (i) la importante presencia de carritx que dificulta ver el sendero; (ii) la presencia de rocas calizas que tendremos que ir sorteando para no tropezar; (iii) no encontramos ninguna baliza que nos indique el sendero por lo que tendremos que estar atentos a las fites o montones de piedra que a veces pueden ser algo difíciles de ver por el carritx.

Dicho esto, la verdad que nosotros no tuvimos especial dificultad para alcanzar nuestro objetivo.

La Talaia Vella, también conocida como torre d’en Massot, fue posiblemente la primera que se construyó en la zona. Está situada a unos 180 m de altura y, al igual que la anterior, servía para controlar la llegada de piratas a la isla. Del monumento original apenas se conservan unas piedras que nos permiten distinguir la base circular de la torre.

Las vistas del mar desde aquí son fabulosas. Este fue el punto elegido para hacer una parada para merendar y disfrutar de la tranquilidad y belleza del lugar. Nosotros no nos encontramos solo a nadie durante la excursión aunque imaginamos que en otras épocas del año debe estar más concurrido.