Lisboa, la hermosa capital portuguesa, está situada en la desembocadura del río Tejo en las proximidades del océano Atlántico. La ciudad se levantó sobre siete colinas a semejanza de la eterna Roma, no obstante, Lisboa, brilla con luz propia. Es una ciudad arquitectónicamente bella aunque al mismo tiempo algunos de sus barrios destilan un aire decadente que la hace especial. Sus calles rezuman vida con el ajetreo constante de los tranvías y un gran número de cafés y restaurantes. La antigua metrópolis del imperio portugués tiene múltiples aspectos que la hacen única.
Os proponemos un recorrido de 4 días por Lisboa a través del cual conoceremos los lugares más emblemáticos de la capital lusa como el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém o la Plaza de Comercio. Durante cuatro días tendremos tiempo suficiente para explorar con tranquilidad sus principales barrios: Alfama, Baixa, Chiado, Bairro Alto y Belém.
¿Qué ver en Lisboa en cuatro días?
Día 1. Baixa
Baixa es una elegante y cuadriculada barriada dieciochesca que constituye el eje comercial de Lisboa. El paseo entre la plaza Rossio y la Plaza de Comercio es una de las experiencias imprescindibles en Lisboa.
Plaza de Comercio
Tras el terremoto de 1755, la explanada que albergaba el Palacio da Ribeira dio paso a la amplia y porticada plaza de Comercio. Esta gran plaza situada en las proximadades del río con el impresionante Arco da Vitória es una de las imágenes más icónicas de Lisboa. En el centro de la plaza se alza una imponente estatua ecuestre dedicada a Dom José I.
Desde la plaza de Comercio podemos acceder al Muelle de las Columnas, un embarcadero del siglo XVIII custodiado por dos columnas.
Rua Augusta
Tras el Arco da Vitoria se extiende la Rua Augusta, una amplia vía peatonal repleta de comercios y restaurantes. Una calle adoquinada con mucho ambiente y en la que encontrarás, entre multitud de restaurantes para turistas, algunas de las tiendas más antiguas de la ciudad. Desde la Casa Portuguesa do Pastel de Bacalhau, donde venden la famosa “croqueta” de bacalao, hasta la Conserveira de Lisboa donde venden pescado enlatado desde 1930.
Elevador de Santa Justa
El Elevador de Santa Justa es una de las estructuras más icónicas de Lisboa y una visita imprescindible en el corazón del barrio de Baixa. Diseñado por Raul Mesnier de Ponsard, un ingeniero portugués de origen francés y discípulo de Gustave Eiffel, este elevador de hierro neogótico se inauguró en 1902 y rápidamente se convirtió en un símbolo de la ciudad.
La elegante estructura de hierro conecta la Rua do Ouro en la Baixa con el Largo do Carmo en el Barrio Alto, salvando una pronunciada diferencia de altura. Una vez en la parte superior, los visitantes pueden disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de Lisboa, incluyendo la Baixa, el Castillo de San Jorge, y el río Tajo.
El éxito turístico del elevador significa que las colas para subir pueden ser bastante largas, especialmente durante la temporada alta. Afortunadamente, hay una alternativa gratuita que te permitirá disfrutar de las mismas vistas sin la espera. En la cercana Rua do Carmo, a la altura del número 28, encontrarás un acceso menos conocido que te llevará directamente a la plataforma superior del elevador, desde donde podrás admirar las vistas sin necesidad de pagar ni hacer cola.
Plaza de Rossio
Nuestro paseo continua hasta la Plaza de Dom Pedro IV, popularmente conocida como Plaza de Rossio. Esta es la segunda plaza más importante de Lisboa, tras la Plaza de Comercio. En ella hay dos fuentes y en el centro una estatua de Dom Pedro IV, primer emperador de Brasil.
En los alrededores, no pases por alto la fabulosa fachada neogótica de la Estación de Rossio.
Otra recomendación es acercarte a alguno de los locales donde sirven la Ginginha, un típico licor de cereza.
Plaza y Monumento de los Restauradores
La Plaza de los Restauradores es otro de los puntos más emblemáticos de Lisboa. En el centro de la plaza se erige el imponente Monumento a los Restauradores, un elegante obelisco de 30 metros de altura, inaugurado el 28 de abril de 1886.
Este monumento conmemora la restauración de la independencia de Portugal del dominio español, logrado el 1 de diciembre de 1640 tras la Guerra de Restauración. El pedestal del obelisco está adornado con figuras de bronce que simbolizan la Victoria, portando una palma y una corona, y la Libertad. A lo largo de su estructura, se pueden leer los nombres y fechas de las principales batallas que definieron este conflicto, inmortalizando un capítulo crucial en la historia portuguesa.
Elevador da Glória
Desde la Plaza de los Restauradores, parte el histórico Elevador da Glória, un icónico funicular que asciende por una de las colinas más empinadas de Lisboa, conectando el centro de la ciudad con el Miradouro de São Pedro de Alcântara en el Bairro Alto.
Inaugurado en 1885, el Elevador da Glória es uno de los elevadores más antiguos y emblemáticos de Lisboa, y sigue siendo una forma popular de salvar la pronunciada pendiente que separa la estación de Rossio del Bairro Alto. Al llegar arriba, serás recompensado con las impresionantes vistas panorámicas del Miradouro de São Pedro de Alcântara, desde donde se puede contemplar el Castillo de San Jorge, el centro histórico y el río Tajo.
El billete para subir cuesta aproximadamente 3,80 €, y si ya tienes la tarjeta Viva Viagem cargada, también puedes utilizarla para acceder al elevador.
Parque Eduardo VII
El Parque Eduardo VII es uno de los espacios verdes más importantes de Lisboa. Está situado en la parte alta de la Avenida da Liberdade, lleva el nombre del rey Eduardo VII del Reino Unido, en honor a su visita a Portugal en 1902. El parque se extiende a lo largo de 26 hectáreas y ofrece vistas impresionantes que se extienden desde sus jardines geométricos hasta el río Tajo. Es un lugar perfecto para dar un paseo , disfrutar de un picnic o simplemente descansar mientras se contempla el paisaje urbano de Lisboa.
Dentro del parque, una de las atracciones más destacadas es la Estufa Fria, un invernadero monumental, creado a principios del siglo XX, que alberga una vasta colección de plantas tropicales y exóticas. La Estufa Fria se complementa con la Estufa Quente y la Estufa Doce, que exhiben especies más delicadas, como cactus y suculentas.
Tramvia 28
El Tranvía 28 es uno de los medios de transporte más emblemáticos de Lisboa y una atracción turística en sí mismo. Este histórico tranvía de color amarillo recorre algunas de las calles más pintorescas y estrechas de la ciudad, conectando barrios tan icónicos como Alfama, Baixa, Graça y Estrela. Su recorrido coincide con muchos de los puntos de interés más importantes de Lisboa, como la Catedral de Sé, el Castillo de San Jorge y el Miradouro de Santa Luzia.
Nosotros lo utilizamos varias veces y la verdad que nos gustó la experiencia de recorrer las calles de Lisboa a bordo de este transporte. Ahora bien, si podéis es mejor evitar las horas centrales del día ya que de lo contrario el tranvía se llena hasta la bandera y la experiencia pasa a ser algo agobiante.
Si tienes la tarjeta Viva Viagem cargada, el billete te costará tan solo 1,50 €, lo que lo convierte en una opción económica para moverte por la ciudad.
Dia 2. Alfama y Castillo
La segunda jornada la dedicamos a explorar el barrio de Alfama, el más antiguo y pintoresco de la ciudad. Esta barriada de estrechas y sinuosas calles tiene sus orígenes en la época de dominación árabe.
Casa dos Bicos
Comenzamos el día visitando la Casa dos Bicos, un llamativo edificio del siglo XVI que destaca por su singular fachada renacentista, decorada con piedras en forma de puntas de diamante. Este edificio alberga hoy la Fundación José Saramago, dedicada al famoso escritor portugués.
Catedral de Sé
A pocos minutos andando de la Casa dos Bicos se encuentra la imponente Catedral de Sé, construida en el siglo XII sobre una antigua mezquita árabe. Este majestuoso templo de estilo románico es uno de los edificios más antiguos de Lisboa y un símbolo de la reconquista cristiana.
Iglesia de San Antonio de Lisboa
Justo al lado de la Catedral, encontrarás la Iglesia de San Antonio de Lisboa, una bonita iglesia barroca de acceso gratuito que guarda las reliquias del patrón de Lisboa.
Castillo de San Jorge
Desde la iglesia, nos dirigimos al majestuoso Castillo de San Jorge, que domina la ciudad desde lo alto de una colina. La historia de este castillo se remonta al siglo V en tiempos de los visigodos. La primitiva fortificación sirvió de base para el alcazaba musulmán y, posteriormente, para ser la residencia real de los reyes cristianos durante los siglos XIV a XVI. Desde las murallas se obtienen buenas vistas de la ciudad y el Tejo.
Aunque el acceso cuesta 15€, muchos consideran que las vistas desde sus murallas valen la pena. Si prefieres ahorrar, los alrededores del castillo, con su pintoresco barrio y miradores, también ofrecen vistas igualmente bonitas de la ciudad y el río Tejo.
Mirador de Santa Lucia
El Mirador de Santa Lucía es uno de los lugares más encantadores de Lisboa. Este mirador tiene la singularidad de estar decorado con paneles de azulejos que representan escenas históricas de la ciudad. Desde aquí, puedes contemplar un paisaje de tejados rojos, iglesias blancas y estrechas callejuelas que se extienden hacia el río, capturando la esencia del barrio de Alfama. Es un lugar perfecto para detenerse un momento, disfrutar de la vista, y sumergirse en el ambiente auténtico de Lisboa. El mirador está rodeado de buganvillas y jardines, lo que lo convierte en un sitio ideal para hacer un descanso y tomar fotografías, especialmente a primera o a última hora del día.
Mirador Portas do Sol
El Mirador Portas do Sol se encuentra a pocos metros del Mirador de Santa Lucia. Desde este punto, se puede apreciar una de las postales más bellas de la ciudad. Destacan en el horizonte la imponente silueta del Monasterio de San Vicente de Fora y la elegante cúpula del Panteón Nacional, que se elevan sobre el mar de edificios históricos de Alfama.
Callejear por Alfama
A los pies de los miradores de Santa Lucía y Portas do Sol, se extiende el entramado de casas que conforman el barrio de Alfama, el barrio más antiguo de Lisboa. Para explorar este barrio no queda otra que adentrarse entre sus empinados callejones y explorar su encanto algo descuidado. Algunos puntos de interés son la iglesia de San Miguel o el escondido mirador de San Esteve.
Alfama no es solo arquitectura y vistas; es también el alma del fado, la música melancólica que nació en estas calles. Si tienes tiempo, puedes vivir la experiencia de escuchar fado en vivo en uno de los tradicionales casas de fado.
Monasterio de San Vicente da Fora
El Monasterio de San Vicente de Fora es uno de los monumentos más importantes y posiblemente menos conocidos de Lisboa. Situado en el corazón de Alfama, este imponente edificio es una joya del barroco portugués, con una rica historia que se remonta al siglo XVII. El monasterio fue fundado por el rey Felipe II de España y I de Portugal, como símbolo de la unión ibérica, y se convirtió en un importante centro religioso y cultural. Su nombre “de Fora” se debe a que originalmente estaba situado fuera de las murallas de la ciudad.
Su arquitectura nos pareció impresionante. Además, un punto destacado es la magnífica colección de azulejos que cubre muchas de las paredes del monasterio. Estas piezas de cerámica, que datan de los siglos XVII y XVIII, representan escenas bíblicas, alegorías y episodios de la historia de Portugal, y son consideradas algunas de las mejores de la ciudad. Desde la azotea del monasterio, se puede disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de Lisboa, con el río Tajo y el horizonte de Alfama como telón de fondo.
Mirador de Gracia
Continuamos el recorrido por los miradores hasta alcanzar el Mirador de Gracia. El Mirador de Gracia, oficialmente conocido como Miradouro Sophia de Mello Breyner Andresen en honor a la poetisa portuguesa, está situado junto a la Iglesia de Gracia. Desde aquí se puede contemplar una vista panorámica que abarca el Castillo de San Jorge, con sus imponentes murallas, y el extenso barrio de Baixa, que se despliega a los pies de la colina.
Mirador de Nostra Senhora do Monte
Dejamos el mirador más alto y alejado para lo último. El Mirador de Nossa Senhora do Monte tiene un ambiente mucho más local y animado. Ofrece una vista panorámica que alcanza el Ponte 25 de Abril y la estatua del Cristo Rei en la distancia.
Día 3. Belém
El tercer día en Lisboa nos llevó a descubrir el barrio de Belém, situado a orillas del Tejo en el extremo oeste de Lisboa.Belém es conocido por sus monumentos que celebran la era dorada de las exploraciones portuguesas y es uno de los lugares más visitados de Lisboa. Es una visita obligada ya que en él se encuentran algunos de los mejores lugares que ver en Lisboa.
Para llegar a Belém, es recomendable tomar el Tranvía 15 desde la Plaza de Cais do Sodré, un trayecto de aproximadamente 20 minutos que te llevará cómodamente desde el centro de la ciudad hasta este elegante barrio. Es importante planificar la visita con antelación, ya que los lunes la mayoría de los monumentos están cerrados.
Torre de Belém
Nuestra primera parada es la icónica Torre de Belém, uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa y una imagen recurrente en postales de la ciudad. Construida a principios del siglo XVI en estilo gótico manuelino, esta elegante torre defensiva tenía como función proteger la ciudad de incursiones de los piratas ingleses y holandeses. Originalmente se encontraba en una isla en medio del río Tajo, aunque hoy está unida a la orilla debido al cambio en el curso del río tras el terremoto de 1755.
Es recomendable visitar la torre a primera hora para evitar las colas y disfrutar de las vistas desde lo alto con la suave luz de la mañana.
Monumento a los Descubrimientos
Después de visitar la Torre de Belém, seguimos caminando a lo largo de la ribera hasta llegar al imponente Monumento a los Descubrimientos. Este monumento de hormigón en forma de proa de barco fue erigido en 1960 para conmemorar el 500 aniversario de la muerte del Infante Don Henrique, conocido como Enrique el Navegante, quien jugó un papel crucial en las exploraciones portuguesas. El monumento está adornado con estatuas de importantes figuras históricas portuguesas, como Vasco da Gama, Enrique el Navegante y Fernando de Magallanes, que parecen estar listos para zarpar.
Frente al monumento, una enorme rosa de los vientos, hecha de mármol, decora la plaza, representando el alcance global de las exploraciones portuguesas. Puedes subir a lo más alto del monumento (5 €) para disfrutar de una vista panorámica de Belém y el río Tajo.
A continuación, atravesamos los jardines de la Plaza do Imperio, diseñados en 1940 con motivo de la Exposición del Mundo Portugués, un lugar perfecto para descansar antes o después de visitar el Monasterio de los Jerónimos
Pastelería Pasteis de Belém
No puedes visitar Belém sin hacer una parada en la famosa Pastelería Pastéis de Belém, donde se elaboran los auténticos pastéis de Belém siguiendo una receta secreta desde 1837. Esta pastelería es la única que puede usar este nombre; en otros lugares, se les conoce como pastéis de nata. Los pasteles están muy ricos (1.30€ unidad) aunque la verdad que no noté diferencias con los de San Antonio o los de Mantegaira. En cualquier caso, si estáis ahí vale la pena probar los originales.
Monasterio de los Jerónimos
Con las pilas cargadas, nos dirigimos al majestuoso Monasterio de los Jerónimos, una obra maestra de la arquitectura portuguesa declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este monasterio es uno de los monumentos más emblemáticos de Portugal y que no puedes perderte en tu visita a Lisboa.
Fue construido a principios del siglo XVI por orden del rey Manuel I para conmemorar el regreso de Vasco da Gama tras su épico viaje a la India, que abrió nuevas rutas comerciales para Portugal. La construcción del monasterio comenzó en 1501 y se financió en gran parte con el oro y las especias traídos de las colonias portuguesas.
El edificio incorpora diversos estilos arquitectónicos desde el gótico hasta el neoclásico. No obstante, son los elementos realizados en el estilo portugués conocido como manuelino los que suscitan más admiración. La ornamentación del pórtico sur o el claustro son un claro ejemplo de ello. Este último, construido en dos niveles y con un nivel de detalle y armonía increíbles, está considerado uno de los más bellos del mundo.
Además del claustro, la iglesia de Santa María de Belém, que forma parte del monasterio, es un espacio impresionante con su nave alta y abovedada. Aquí se encuentran las tumbas de varios personajes ilustres, incluyendo el famoso navegante Vasco da Gama y el poeta épico Luís de Camões, autor de “Os Lusíadas”.
Tras sus muros descansan algunos personajes ilustres de Portugal como Vasco de Gama o los poetas Luís de Camoes y Fernando Pessoa. Además alberga varias tumbas reales sobre las que destaca la del rey Manuel I.
Debido a su popularidad, es recomendable comprar las entradas por adelantado para evitar largas colas. Si llegas temprano, las esperas suelen ser más cortas, pero en temporada alta las colas pueden ser largas incluso a primera hora. Aún llegando pronto y con la entrada comprada por internet (10€), nos tocó esperar alrededor de 30 minutos.
Museo Nacional dos Coches
Otra de las visitas imprecindibles que hacer en el barrio de Bélem es al Museo Nacional dos Coches, que alberga una de las colecciones de carruajes reales más importantes del mundo. El museo fue fundado en 1905 por la reina Amélia de Orleans e Braganza, esposa del rey Carlos I, con el objetivo de preservar los carruajes utilizados por la familia real portuguesa y la nobleza.
Originalmente, el museo estaba ubicado en el Picadeiro Real, una elegante instalación ecuestre del siglo XVIII, pero en 2015 se trasladó a un nuevo edificio más moderno y espacioso, diseñado por el arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha. Actualmente, se pueden visitar ambos espacios de forma separada. En el nuevo museo (8€) se expone una collección mucho más amplia y con los mejores carruajes, por lo que si disponéis de poco tiempo os recomendamos este. Ahora bien, por tan solo 2€ más podréis incluir la entrada al antiguo Picadeiro Real
La colección del Museo Nacional dos Coches incluye carruajes, berlinas, literas y calesas, cada una más elaborada que la anterior, con intrincados detalles dorados, esculturas y tapicería de lujo. Estos carruajes no solo son obras de arte, sino que también narran la historia de Portugal y sus relaciones con otras potencias europeas. Algunos de los carruajes más destacados son el Carruaje del Papa Clemente XI, enviado a Portugal en 1716, y los Carruajes de la Embajada Portuguesa a Francia en 1715, que representan la influencia y prestigio de Portugal en la Europa de la época.
Picadeiro Real de Belém
El Picadeiro Real de Belém es un lugar cargado de historia y encanto, que forma parte integral del Museo Nacional dos Coches en Lisboa. El Picadeiro Real fue construido en el siglo XVIII como un anexo al Palacio de Belém, que servía de residencia oficial para la familia real portuguesa. Este elegante picadero era el lugar donde se realizaban las prácticas ecuestres y las exhibiciones de caballos de la corte. El edificio es un ejemplo notable de la arquitectura barroca de la época, con su interior amplio y suelos de piedra.
Hoy en día un espacio donde se expone una parte selecta de la extraordinaria colección de carruajes reales del museo. La mayoría de carruajes que se exponen son del siglo XVIII y siguientes. Una de las piezas más especiales es un carruaje de Felipe III de España y II de Portugal.
Jardín botánico de Ajuda
Creado en 1768 tras el gran terremoto, el jardín botánico de Ajuda es el más antiguo de Lisboa. Se encuentra en la parte alta del barrio de Belém en las inmediaciones del Palacio Nacional da Ajuda. Desde sus terrazas ofrece magníficas vistas sobre el estuario del Tejo. En la terraza inferior se dispuso como área de recreo con un bonito jardín con setos cuidadosamente podados y fuentes ornamentales. En la terraza superior, a la que se accede por una monumental escalera, se encuentra el jardín botánico propiamente dicho. La colección botánica incluye más de 1100 especies de plantas de diversas partes del mundo y organizadas por áreas geográficas desde América del Sur hasta Nueva Zelanda.
El precio de la entrada es de 2€.
Puente de 25 de abril
Para acabar el día, es recomendable realizar un agradable y tranquilo paseo junto a la orilla del Tejo hasta llegar a las inmediaciones del Puente 25 de abril.
Esta imponente estructura de acero fue construida en la década de los 60 está considerado el puente colgante más largo de Europa. Une las dos orillas del estuario del tajo, hasta la construcción del puente Vasco de Gama en 1998 era el único que unía ambas orillas. Mide aproximadamente 2,2 km de largo y es muy parecido estéticamente al Golden Gate en San Francisco.
Día 4. Chiado, Bairro Alto y Estrela
El último día del recorrido por Lisboa nos llevó a explorar los barrios de Chiado, Bairro Alto, así como la tranquila y elegante zona de Estrela.
Chiado
Comenzamos el día en Chiado, el barrio más elegante y cultural de Lisboa, conocido por sus tiendas de lujo, librerías históricas y cafés emblemáticos. Chiado es el lugar ideal para pasear por sus calles llenas de historia, como la Rua Garrett y la Rua do Carmo, donde podrás disfrutar de una mezcla de lo tradicional y lo moderno.
Uno de los lugares más emblemáticos de Chiado es la Plaza de Luís de Camões, un animado espacio dedicado al gran poeta portugués. Desde aquí, es fácil llegar a la Livraria Bertrand, que ostenta el récord Guinness por ser la librería más antigua del mundo en funcionamiento, y al Café A Brasileira, famoso por su conexión con el poeta Fernando Pessoa y su inconfundible fachada modernista.
Convento do Carmo
Dentro del barrio de Chiado, no te puedes perder la visita al Convento do Carmo. Este antiguo convento fundado por los Carmelitas en 1389 quedó en ruinas tras el terremoto de Lisboa. A diferencia de otros edificios, no se restauró y ha quedado como testimonio de aquel importante suceso. Hoy en día al alberga el Museo Arqueológico do Carmo.
La colección no es muy extensa pero sí bastante variada. Se distribuye entre la nave, abierta al cielo, y cinco salas. Entre otros objetos, incluye lápidas, escudos de armas, estatuas, momias del Perú, un sarcófago egipcio o utensilios prehistóricos.
- Horario: de lunes a sábado de 10:00 a 18:00 (domingo cerrado)
- Precio: 5€
- Página oficial
Bairro Alto
Desde Chiado, nos adentramos en Bairro Alto, un barrio residencial que se puso de moda en el silgo XVII que durante el día es tranquilo, pero que por la noche se transforma en el epicentro de la vida nocturna de Lisboa. Puedes dedicar algo de tiempo pasear por sus calles estrechas y empinadas, descubrir pequeños bares, restaurantes y tiendas de artesanía local.
Elevador da Bica
Uno de los puntos más destacados de Bairro Alto es el Elevador da Bica, un funicular histórico que salva una empinada cuesta y ofrece una de las imágenes más reconocibles de la ciudad, con el río Tajo de fondo. Este es el lugar perfecto para capturar una foto emblemática de Lisboa. El precio es de 3,80€ para dos trayectos.
Iglesia de Sao Roque
Otra joya del Bairro Alto es la iglesia de Sao Roque. Templo jesuita de los siglos XVI y XVII realizada por el arquitecto italiano Filippo Terzi que también trabajó en el Convento de Cristo en Tomar. Su sencilla fachada no nos da pista del rico interior de sus capillas profusamente adornadas con oro, mármol y azulejos. Nos encontramos ante de una de las iglesias más bonitas de Lisboa.
Mirador de Sao Pedro de Alcantara.
Después de explorar Bairro Alto, es el momento de disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad desde el Mirador de São Pedro de Alcântara. Este mirador se encuentra en una de las siete colinas de Lisboa y ofrece una vista espectacular del Castillo de San Jorge, el Barrio de Baixa, y gran parte de la ciudad. El mirador cuenta con jardines bien cuidados y es un lugar ideal para descansar un momento y disfrutar del paisaje.
Si estás en Baixa, se llega fácilmente desde Rossio por la empinada calle de Gloria o, más cómodamente, con el Elevador da Gloria que desde 1885 cubre este trayecto.
Príncipe Real
A poca distancia del mirador, nos dirigimos hacia el barrio de Príncipe Real un barrio lisboeta con un ambiente bohemio. Aquí encontrarás boutiques de diseño, cafés con encanto y algunos edificios de interés, como el Palacio Ribeiro da Cunha, un palacio del siglo XIX que ahora alberga la Embaixada, un pequeño centro comercial en un edificio neomorisco.
Basílica y Jardín de Estrela
A continuación, tomamos el tranvía hasta la Basílica da Estrela, una impresionante iglesia del siglo XVIII con una magnífica cúpula blanca que domina el horizonte de la zona. El interior de la basílica es igualmente impresionante, con una rica decoración barroca y la tumba de la reina María I, quien mandó construir la iglesia.
Justo enfrente de la basílica se encuentra el Jardín de Estrela, uno de los parques más hermosos y tranquilos de Lisboa. Este jardín, con sus estanques, esculturas y frondosos árboles, es el lugar perfecto para terminar el día.
Miradouro de Santa Catarina
Para poner un broche de oro a la visita, nos dirigimos al Miradouro de Santa Catarina, también conocido como el Miradouro do Adamastor. Este mirador es famoso por su ambiente joven y animado, y ofrece amplias vistas sobre el estuario del Tajo, el Ponte 25 de Abril y el Cristo Rei. Es un lugar perfecto para disfrutar de una cerveza y contemplar el atardecer sobre Lisboa.
¿Cómo moverse por Lisboa?
Moverse por Lisboa es bastante sencillo gracias a su eficiente red de transporte público, que incluye metro, tranvías, autobuses, funiculares y trenes. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para que puedas explorar la ciudad de manera cómoda y económica.
Metro
El metro de Lisboa es una de las formas más rápidas y cómodas de desplazarse por la ciudad. Consta de cuatro líneas (Azul, Roja, Amarilla y Verde) que cubren gran parte de la ciudad, incluyendo el aeropuerto. Es ideal para trayectos largos o para evitar las colinas características de Lisboa. El metro funciona desde las 6:30 de la mañana hasta la 1:00 de la madrugada.
Tranvías
Los tranvías son un icono de Lisboa y una manera única de moverse por la ciudad, especialmente para acceder a zonas más turísticas y tradicionales. El Tranvía 28 es el más famoso, recorriendo barrios históricos como Alfama, Baixa y Graça. Es recomendable evitar las horas pico, ya que puede llenarse de turistas. Otra opción popular es el Tranvía 15, que conecta el centro con el barrio de Belém, hogar de algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
Funiculares y Elevadores
Lisboa es conocida por sus colinas, y los funiculares son una manera divertida de superarlas. El Elevador de Santa Justa ofrece impresionantes vistas panorámicas del centro de la ciudad, mientras que el Elevador da Bica y el Elevador da Glória te llevan a barrios como Bairro Alto y Graça. Estos elevadores son una parte integral del sistema de transporte público y también una experiencia turística en sí mismos.
Autobuses
La red de autobuses de Lisboa cubre áreas que el metro no alcanza, incluyendo barrios más alejados y puntos de interés como el Parque de las Naciones. Son una buena alternativa si prefieres un medio de transporte que te permita disfrutar del paisaje urbano mientras te desplazas. Funcionan desde las 5:00 de la mañana hasta la medianoche, con algunas líneas nocturnas.
Trenes
Si planeas visitar las afueras de Lisboa, como Sintra o Cascais, los trenes son tu mejor opción. Desde la estación de Rossio puedes tomar un tren hacia Sintra, famoso por sus palacios y paisajes naturales, mientras que desde la estación de Cais do Sodré puedes llegar a Cascais, un encantador pueblo costero.
Tarjeta Viva Viagem
Para simplificar el uso del transporte público, te recomendamos adquirir la tarjeta Viva Viagem, una tarjeta recargable que puede utilizarse en metro, tranvías, autobuses, y trenes dentro de la ciudad. La tarjeta tiene un coste de 0,50 € y se puede cargar con saldo o con pases diarios ilimitados. Un billete sencillo en el metro o tranvía cuesta alrededor de 1,50 €, pero con la tarjeta Viva Viagem, puedes optar por un pase diario de 6,40 € que te permite viajes ilimitados en todos los medios de transporte durante 24 horas.
Para utilizar la tarjeta, simplemente acércala a los lectores situados en las estaciones de metro, en los tranvías o al subir a los autobuses. Recuerda que debes validar la tarjeta cada vez que cambies de medio de transporte.
¿Dónde alojarse en Lisboa?
Lisboa ofrece una amplia variedad de opciones de alojamiento, que se adaptan a todos los gustos y presupuestos. La ciudad cuenta con una mezcla de hoteles boutique, apartamentos turísticos, hostales y hoteles de lujo, distribuidos en barrios que ofrecen diferentes experiencias. Nuestra opción recomendada es alojarse en Chiado o Bairro Alto.
Chiado
Chiado es una de las zonas más elegantes y céntricas de Lisboa, ideal para quienes desean estar cerca de las principales atracciones turísticas, tiendas de alta gama y una variada oferta de restaurantes y cafeterías. Este barrio combina a la perfección lo tradicional con lo moderno, siendo un lugar animado durante el día y más tranquilo por la noche. Alojarse en Chiado te permitirá estar a pocos pasos de la Rua Garrett, el Convento do Carmo y el Elevador de Santa Justa, además de tener fácil acceso al transporte público.
Bairro Alto
Si buscas una experiencia más bohemia y animada, el Bairro Alto es tu barrio. Conocido por su animada vida nocturna, este es el lugar perfecto para quienes disfrutan de bares, música en vivo y una atmósfera más juvenil. Durante el día, el Bairro Alto es más tranquilo, con callejones pintorescos y tiendas locales, mientras que por la noche cobra vida.. Si decides alojarte aquí, estarás a poca distancia del Mirador de São Pedro de Alcântara y del Príncipe Real, otro barrio encantador.
¿Dónde comer en Lisboa?
Lisboa es un paraíso gastronómico que ofrece una amplia variedad de experiencias culinarias, desde la tradicional comida portuguesa hasta propuestas más contemporáneas. Aquí te dejamos algunas recomendaciones de lugares donde disfrutar de lo mejor de la gastronomía lisboeta, que incluyen desde restaurantes clásicos hasta mercados vibrantes y pastelerías icónicas.
Toma Lá Dá Cá. Este pequeño restaurante es una joya escondida en el animado Bairro Alto. Con un ambiente acogedor y un servicio amable, Toma Lá Dá Cá es conocido por sus platos tradicionales portugueses con un toque casero.
O Trevo. Este local es famoso por su bifana, un sándwich de cerdo marinado, que es una delicia sencilla pero emblemática de Lisboa. O Trevo es un lugar sin pretensiones, popular entre los locales, donde puedes disfrutar de una comida rápida, sabrosa y económica.
O Prado. Restaurante sencillo y acogedor ubicado en el barrio de Belem. Entre sus especialidades se encuentran el pescado fresco del día, preparado a la parrilla o al horno, o un postre de merengue fabuloso. El servicio es atento y amable.
Taberna da Rua das Flores.Este pequeño y acogedor restaurante ofrece un menú que cambia diariamente, basado en ingredientes frescos y de temporada. Es un lugar perfecto para degustar tapas portuguesas reinventadas, en un ambiente íntimo y con una excelente relación calidad-precio. Es recomendable reservar con antelación debido a su popularidad.
Manteigaria. Considerada una de las mejores pastelerías para pastéis de nata en Lisboa, Manteigaria ofrece estos deliciosos pasteles con una fina capa crujiente y un cremoso relleno, perfectamente caramelizado. Cada bocado es un auténtico placer, y la ventaja es que tienen varias ubicaciones en la ciudad, por lo que siempre estarás cerca de una.
Pastéis de Belém. Ninguna visita a Lisboa estaría completa sin probar los famosos pastéis de Belém. Esta pastelería, que data de 1837, es la única que puede utilizar el nombre “Pastéis de Belém” para sus pasteles de nata, hechos siguiendo una receta secreta. Disfruta de uno (o varios) recién salidos del horno, acompañados de un café, mientras visitas el barrio histórico de Belém.
Time Out Market. Este mercado gastronómico es un destino obligado para los amantes de la comida. Aquí encontrarás una selección de puestos de algunos de los mejores chefs y restaurantes de Lisboa, todo bajo un mismo techo. Desde sushi hasta cocina portuguesa tradicional, pasando por hamburguesas gourmet y postres de ensueño, el Time Out Market ofrece una experiencia culinaria diversa y de alta calidad. Es un lugar perfecto para ir en grupo, ya que cada persona puede elegir lo que más le apetezca.
¿Qué ver en los alrededores de Lisboa?
Lisboa es una ciudad fascinante, pero sus alrededores también ofrecen una gran variedad de lugares de interés que bien merecen una visita. Desde palacios majestuosos y paisajes naturales impresionantes hasta encantadores pueblos costeros. Aquí te presentamos algunas de las excursiones más recomendables que puedes hacer en un día desde la capital portuguesa.
- Sintra
- Palacio da Pena
- Castelo dos Mouros
- Quinta da Regaleira
- Palacio Nacional de Queluz
- Óbidos
- Cascais
- Cabo da Roca
- Palacio Nacional de Mafra