Wurzburgo, o Würzburg, es una bonita ciudad de Alemania situada en la región de Baja Franconia en el estado de Baviera. Llegamos a Wurzburgo tras visitar la encantadora ciudad de Bamberg que había dejado el listón muy alto. Aun así, Wurzburgo nos soprendió para bien y nos pareció un destino al que merece la pena dedicar al menos un día.
El casco histórico de Wurzburgo se extiende a ambas orillas del río Main y es fácilmente visitable en una jornada al estar la mayoría de los lugares de interés bastante cerca entre sí. Por este motivo, es también una ciudad ideal para recorrer a pie, siendo lo más exigente la subida a la colina donde está situada la fortaleza de Marienberg.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Wurzburgo sufrió el mismo desenlace que otras ciudades alemanas y su centro histórico quedó sumamente dañado por los bombardeos. Al igual que Dresde, la ciudad se reconstruyó con esmero a lo largo del siglo XX y hoy luce un bello casco antiguo donde se entremezclan edificios históricos con otros más modernos.
Si bien la región es famosa por sus excelentes vinos, para nosotros el mayor reclamo de Wurzburgo es la Residenz, uno de los palacios barrocos más importantes de Alemania y que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Más allá del suntuoso palacio, Wurzburgo conserva otros lugares de interés como la Marienkapelle, la catadral de St. Kilian o el Alte Mainbrücke.
Si estás organizando una visita a la capital de Baja Franconia, a continuación te contamos las visitas imprescindibles que ver en Wurzburgo en un día.
¿Qué ver en Wurzburgo en un día?
1. Falkenhaus
Un buen punto para iniciar el recorrido por Wurzburgo es la Falkenhaus. Esta casa señorial de 1751 se encuentra en la Marktplatz junto a la Marienkapelle. Destaca por su magnífica fachada de estilo rococó totalmente decorada con estucos ornamentales.
Tras el incendio sufrido durante la Segunda Guerra Mundial el edificio se reconstruyó a mediados del siglo XX albergando desde entonces la oficina de turismo de Wurzburgo.
2. Marienkapelle
Junto a la Falkenhaus se erige la Marienkapelle, una iglesia de estilo gótico que resalta por sus colores rojo y blanco. Los orígenes de esta pequeña iglesia se remontan al siglo XIV y, entre otras cosas, es conocida por ser el lugar donde se enterró Balthasar Neumann uno de los arquitectos más importantes del Barroco.
Del edificio original poco se conserva debido a un importante incendio que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
Frente a la Marienkapelle se extiende el mercado de Wurzburgo con puestos de frutas y verduras pero también con varios sitios para comer.
3. Grafeneckart, el antiguo ayuntamiento de Wurzburgo
Apenas 5 minutos a pie nos separan de la siguiente visita. Grafeneckart es el nombe por el que se conoce el la parte más antigua del ayuntamiento de Wurzburgo. El edificio consistorial fue construido en diversas etapas partiendo del edificio original erigido en el siglo XIII.
De sus arquitectura destaca la esbelta torre renacentista y las pinturas de la fachada.
Frente al ayuntamiento se encuentra la fuente barroca Vierröhrenbrunnen, o fuente de los cuatro tubos, del siglo XVIII.
4. Alte Mainbrücke
El puente más antiguo de la ciudad, finalizado en 1543, une las dos orillas del Main y es un paso obligado si queremos visitar Mariensberg. Esta custodiado por estatuas, añadidas en 1730, que en parte nos recordaron a las de otros puentes como el Puente de Carlos, Praga, o el puente de Pisek, ambos en la República Checa.
El Alte Mainbrücke no es solo un lugar de paso sino también de reunión. Aquí turistas y locales se reunen para tomar una copa de vino disfrutando del buen ambiente y las vistas a la ciudad y a la fortaleza.
Si quieres disfrutar de una bonita estampa del puente y la fortaleza de Marienberg, te recomendamos dar un paseo por la orilla hasta el antiguo puerto o Am Kranen.
5. Dom St Lilian
Regresamos por el mismo camino al centro y recorremos la Domstrasse, arteria principal de la ciudad, hasta llegar a la catedral de Wurzburgo. La catedral o Dom St. Kilian, se empezó a construir en el siglo XI y en sus orígenes fue uno de los templos románicos más importantes de Alemania.
Como otros edificios de interés, la catedral tuvo que ser completamente renovada tras su destrucción durante la guerra. Aun así merece la pena visitar la capilla de Schönborn que se renovó siguiendo el diseño original de Balthasar Neumann.
6. Neumünster
Cuenta la historia que en el siglo VII llegaron a la ciudad de Wurzburgo tres misioneros irlandeses, Kilian, Colonan y Tornan, con el objetivo de persuadir al Duque de Franconia para que se convirtiera al cristianismo. Los misioneros fueron asesinados por la esposa del duque y años más tarde al descubrirse los hechos fueron declarados Santos.
En el lugar donde yacen los tres mártires, se alza la elegante iglesia de Neumünster. Construida originalmente en estilo románico, la iglesia fue renovada a principios siglo XVIII y desde entonces luce una fabulosa fachada barroca realizada con piedra rojiza.
En la parte trasera, en el Lusamgartchen, se conserva parte del claustro románico de la iglesia del siglo XII. El acceso se realiza por la calle Martinstrasse.
7. Residenz, la joya de Wurzburgo
La Residenz es la principal atracción turística de Wurzburgo y que justifica por sí sola una visita a la ciudad.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981, la Residenz se constituye como una auténtica joya del barroco en Alemania y uno de los palacios más importantes de Europa. Este opulento edificio fue construido en tan solo 24 años, entre 1720 y 1744, durante el mandato de los príncipes-obispos Johann Philipp Franz y Friedrich Karl von Schönborn. La obra se atribuye al arquitecto Balthasar Neumann.
El palacio cumplía el objetivo de dotar a los príncipes obispos de Wurzburgo de una residencia a la altura de los grandes palacios europeos. La antiguo residencia era la fortaleza de Marienberg y se había quedado anticuado para la época.
La visita comprende el palacio y sus salones, la Hofkirche y los jardines. Estos dos últimos son de acceso gratuito mientras que el acceso al palacio son 9€. La visita se puede hacer por libre pero también es posible hacer una parte guiada por el mismo precio. Afortunadamente también en inglés aunque con menos horarios.
En el interior del palacio presta atención al fresco de la escalinata que no fue destruido durante la guerra. Es obra del italiano Giovanni Battista Tiepolo y nos contaron que es el más grande del mundo. En el se representan magistralmente los 4 continentes (Asia, África, América y Europa). La Kaiseersal, sala de los emperadores, suntuoso salón que evidencia la realicion entre los príncipes-obispos y el Sacro Imperio Romano. El salón blanco magníficamente ornamentado con estuc, obra de A. Bossi. El salón de los espejos o el salón del jardín también son dignos de mención.
En general es un tour muy completo que además de un gran número de salas incluye una pinacoteca y una salas informativas con las imágenes de cómo quedó el palacio tras la guerra.
Tras recorrer las salas del palacio, no olvides visitar la Hofkirche, posiblemente la iglesia más bonita de Wurzburgo. El acceso está algo escondido pero vale la pena descubrir el espléndido interior de estilo barroco vienés.
En los exteriores, es notable la fuente de Franconia que preside la Residenzplatz y, especialmente, los jardines. Si el día acompaña es una auténtica gozada dar un paseo o descansar en estos jardines con flores, estatuas y fuentes.
- Página oficial de la Residenz de Wurzburgo
8. Fortaleza de Marienberg
La fortaleza de Marienberg, Festung Marienberg, esta situada en el margen izquierdo del río Main sobre una colina rodeada de viñedos. Fue la residencia de los príncipes obispos de Wurzburgo entre 1253 y 1719. Más tarde pasarían a ocupar el suntuoso palacio Residenz.
El acceso al recinto es gratuito aunque nos requiere algo de esfuerzo ya que la subida es notable. Nosotros nos decantamos por hacer la subida rodeando las murallas y nos llevó apróximadamente 40 minutos. A la vuelta regresamos por el camino corto que son alrededor de 15 minutos.
La verdad que nos soprendió el sistema defensivo compuesto por imponentes murallas, baluartes y puertas que rodean completamente el castillo.
Una vez arriba podéis visita el Museo de Franconia (4,50€) o, simplemente dar un paseo por el recinto fortificado. Uno de los elementos más llamativos de Marienberg es la imponente Torre Maschikuli construida en el patio del castillo a principios del siglo XVIII por Balthasar Neumann.
Gracias a su posición sobre una colina, desde sus terrazas y baluartes se disfrutan de unas magníficas vistas sobre Wurzburgo. En particular, no te puedes perder la panorámica desde el jardín del príncipe.
9. Juliusspital
Hospital todavía en funcionamiento que fue fundado en el siglo XVI por el príncipe-obispo Julius Echter. En el interior del Juliusspital se conserva una magnífica farmacia de estilo rococó que solo pudimos ver tras un cristal. En los jardines del hospital destacan un pabellón y fuente barroca.
Con la visita a Juliusspital, damos por finalizado este tour por los mejores lugares que ver en Wurzburgo. Si contáis con algo más de tiempo, también podéis incluir la visita a la Kappelle otra magnífica obra de Balthasar Neumann construida a mediados del siglo XVIII. La iglesia cuenta con
¿Cómo llegar a Wurzburgo?
La manera más fácil de llegar a Wurzburgo es en tren. La ciudad cuenta con buenas conexiones desde Frankfurt y Nuremberg, ambas con aeropuertos internacionales. Nosotros llegamos en tren desde la preciosa Bamberg. El trayecto duró 55min y nos costó 23,80€.
Información práctica
Página oficial de turismo de Wurzburgo
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