Tallin es una de las ciudades más fascinantes del norte de Europa, un lugar donde lo medieval y lo moderno conviven en perfecta armonía. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, es uno de los mejor conservados de Europa y aún conserva el encanto de su pasado medieval con calles adoquinadas, murallas centenarias y esbeltas torres. Es la capital de Estonia y buen punto de inicio para cualquier ruta por el país báltico. Nosotros visitamos esta ciudad como parte de un viaje de 6 días por los Países Bálticos, donde centramos fundamentalmente en conocer las tres capitales: Tallin, Riga y Vilna.
Ubicada en la costa del mar Báltico, la capital de Estonia nació como un importante enclave comercial en la Edad Media y, con el tiempo, se ha transformado en una ciudad vibrante y cosmopolita sin perder su esencia histórica. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, con cerca de 400.000 habitantes, Tallin combina a la perfección su legado histórico con una evolución constante. Su ambiente mezcla la tranquilidad de una ciudad medieval con el dinamismo de un destino moderno, lleno de cultura, arte y tecnología.
Algunos datos sobre Tallin
Antes de empezar la visita, te contamos algunos datos interesantes sobre Tallin.
- La capital más próspera del Báltico: Tallin es la ciudad más rica y desarrollada de las tres capitales bálticas. Su crecimiento económico, impulsado por la tecnología y la digitalización, la ha convertido en un referente de innovación en Europa.
- Destino turístico en auge: Aunque no es una ciudad masificada, Tallin es la más visitada de las capitales bálticas. En temporada alta, se nota especialmente la llegada de cruceros que atracan en su puerto, trayendo miles de turistas cada día.
- Conexión con Finlandia: Su proximidad con Helsinki (a solo 80 km de distancia) favorece un flujo constante de visitantes. Un ferry conecta ambas ciudades en unas dos horas, convirtiendo a Tallin en una escapada habitual para los finlandeses.
- Una ciudad fácil de recorrer: La mayoría de los lugares de interés están concentrados en el casco antiguo, lo que hace que Tallin sea ideal para explorar a pie sin necesidad de transporte público.
- Una joya medieval: Tallin es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mantiene sus murallas, torres y calles adoquinadas prácticamente intactas, ofreciendo una auténtica experiencia histórica a los visitantes.
Si quieres conocer algunos datos curiosos sobre la capital de Estonia no te pierdas este artículo.
¿Qué ver en Tallin en dos días?
Aunque la mejor manera de explorar Tallin es dejándose llevar por sus calles medievales, a continuación te dejamos un listado con las 20 visitas imprescindibles que no puedes perderte. En esta selección también hemos incluido algunos lugares fuera del casco antiguo que merecen la pena visitar.
El casco antiguo de Tallin se puede dividir en dos partes:
- Ciudad baja (All-linn): La zona comercial y artesanal en la época medieval, donde se encuentran la Plaza del Ayuntamiento, la farmacia histórica y calles adoquinadas llenas de encanto.
- Ciudad alta (Toompea): La colina donde históricamente vivía la nobleza y donde hoy se encuentran lugares como la catedral ortodoxa Alexander Nevsky, el Parlamento de Estonia y varios miradores con vistas espectaculares.
A continuación, te proponemos un recorrido por Tallin en dos días, con los mejores lugares para visitar.
Día 1 en Tallin: Vanalinn o ciudad vieja
1. Puerta Viru (Viru Väravad)
Cualquier visita a la capital de Estonia no estaría completa sin recorrer el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Puerta Viru, construida en el siglo XIV, es una de las ocho puertas que daban acceso al centro de Tallin. Es uno de los mejores lugares para empezar la visita a Tallin, una de las ciudades medievales mejor conservadas de toda Europa.
2. Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats).
Desde la Puerta Viru, caminamos por la animada calle Viru hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats), el corazón del casco histórico de Tallin. Rodeada de edificios medievales de colores pastel y con un ambiente animado en cualquier época del año, esta plaza ha sido el centro de la vida social y comercial de la ciudad desde la Edad Media.
La plaza es también escenario de algunos de los eventos más importantes de la ciudad. En verano, se celebra aquí el Tallinna Vanalinna Päevad (Días del Casco Antiguo), un festival que revive la historia de Tallin con mercados medievales, espectáculos callejeros y música en vivo. En invierno, la plaza se transforma con su Mercado de Navidad, considerado uno de los más bonitos de Europa, con su característico árbol navideño y puestos de comida tradicional como el vino caliente (glögi) y las galletas de jengibre.
Además, la plaza está repleta de cafeterías y restaurantes con terrazas, perfectas para hacer una pausa y disfrutar del ambiente único de esta ciudad medieval. Sin duda, Raekoja plats es el punto de partida ideal para explorar Tallin y dejarse llevar por su historia y encanto.
3. Ayuntamiento de Tallinn (Tallinna raekoda)
El Ayuntamiento de Tallin, ubicado en plena Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats), es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y el único ayuntamiento de estilo gótico que se conserva en el norte de Europa. Construido entre 1402 y 1404, su imponente torre y su fachada medieval hacen que sea una de las visitas imprescindibles del casco antiguo.
Uno de sus detalles más famosos es ‘Viejo Thomas’ (Vana Toomas), la veleta que corona la torre desde 1530 y que con el tiempo se ha convertido en símbolo de la ciudad. La figura representa a un soldado medieval que, según la leyenda, protegía Tallin desde las alturas. El original se conserva en el sótano del ayuntamiento, mientras que la que vemos hoy en la torre es una réplica.
Si te animas a subir sus 115 escalones, llegarás al balcón del reloj, a 34 metros de altura, desde donde se obtienen unas vistas espectaculares del casco antiguo, con sus tejados rojos, torres medievales y el mar Báltico al fondo. Eso sí, la escalera es de caracol y bastante empinada, así que prepárate para una subida con un toque de aventura.
El interior del ayuntamiento también merece una visita, ya que conserva su histórico Salón del Consejo, con sus impresionantes techos de madera y detalles góticos originales. Durante el verano, se realizan exposiciones temporales y visitas guiadas que permiten conocer más sobre la historia de este icónico edificio.
4. Farmacia (Raeapteek)
Justo enfrente del ayuntamiento se encuentra la Farmacia del Ayuntamiento (Raeapteek), una de las más antiguas de Europa en funcionamiento. Abierta desde al menos 1422, esta histórica botica permite adentrarse en el mundo de la medicina medieval y descubrir curiosos remedios de la época, como polvo de unicornio y extracto de momia.
5. Pasaje de Santa Catalina (Katariina Käik)
El Pasaje de Santa Catalina (Katariina Käik) es uno de los rincones más pintorescos y con más encanto del casco antiguo de Tallin. Este estrecho callejón adoquinado, flanqueado por antiguos arcos de piedra y muros medievales, parece sacado de otra época y es uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad.
El pasaje conecta la calle Vene con la calle Müürivahe y discurre junto a las ruinas del antiguo Monasterio de Santa Catalina, del siglo XIII, del que aún se pueden ver algunas estructuras en pie. Pasear por aquí es como hacer un viaje en el tiempo, rodeado de historia y con la sensación de estar en una ciudad medieval perfectamente conservada.
Lo que hace aún más especial este rincón es la presencia de los talleres de artesanos, donde se pueden ver en acción a vidrieros, ceramistas y pintores que trabajan con técnicas tradicionales. Aquí es posible encontrar piezas únicas hechas a mano, desde joyería en plata hasta cuadernos de cuero y objetos de vidrio soplado.
Otro de los detalles que llaman la atención son las antiguas lápidas medievales apoyadas contra los muros del pasaje, un testimonio del pasado de Tallin y su evolución a lo largo de los siglos.
6. Iglesia del Espíritu Santo
La Iglesia del Espíritu Santo, situada en el corazón del casco antiguo de Tallin, es una de las edificaciones más antiguas y emblemáticas de la ciudad. Su construcción se inició en el siglo XIII y se completó en el siglo XIV, presentando una arquitectura gótica con interiores de madera y una distintiva torre hexagonal.
Uno de los elementos más destacados en su fachada es el reloj de madera del siglo XVII, que ha estado marcando el tiempo durante siglos y es una de las imágenes más fotografiadas de Tallin.
En su interior, la iglesia alberga un valioso retablo realizado por el maestro Bernt Notke en 1483. Además, el púlpito renacentista, construido en 1597, y las galerías adornadas con tallas barrocas y pinturas del siglo XVII enriquecen aún más el patrimonio artístico de la iglesia.
7. Casa de la Hermandad de los Cabezas Negras
La Casa de la Hermandad de las Cabezas Negras es un edificio histórico situado en la calle Pikk, en el casco antiguo de Tallin. Construida en el siglo XIV, esta edificación sirvió como sede de la Hermandad de las Cabezas Negras, una asociación de comerciantes solteros y extranjeros que desempeñó un papel significativo en la vida comercial y social de la ciudad.
La fachada del edificio destaca por su diseño gótico tardío, con una puerta policromada que atrae la atención de los visitantes. Aunque el interior no está abierto al público, la ornamentada entrada y la arquitectura exterior ofrecen una visión del esplendor histórico de Tallin.
Es importante mencionar que la Casa de las Cabezas Negras más conocida se encuentra en Riga, Letonia, y es una reconstrucción de la original que fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la sede en Tallin, aunque menos conocida, también es un testimonio valioso de la presencia y actividad de esta hermandad en las ciudades hanseáticas del Báltico.
8. Iglesia de San Olav (Oleviste Kirik)
La Iglesia de San Olav (Oleviste Kirik) es uno de los templos más emblemáticos de Tallin y, durante siglos, fue el edificio más alto de Europa. Su imponente torre, que alcanza los 124 metros de altura, domina el skyline del casco antiguo y ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Construida en el siglo XII y dedicada a San Olaf, el rey de Noruega, la iglesia fue ampliada en los siglos posteriores, convirtiéndose en un importante punto de referencia para navegantes y comerciantes del Báltico. En el siglo XVI, con su aguja alcanzando los 159 metros, fue el edificio más alto del mundo, aunque a lo largo de los siglos ha sufrido varios incendios provocados por rayos, lo que llevó a reducir su altura a la actual.
El interior de la iglesia es sencillo y austero, en contraste con su espectacular exterior. Sin embargo, lo más atractivo para los visitantes es la posibilidad de subir los 232 escalones de su torre hasta la plataforma de observación. Desde allí, se obtiene una vista impresionante del casco antiguo, el puerto y, en los días despejados, incluso la costa de Finlandia al otro lado del Báltico.
A lo largo de su historia, la iglesia ha tenido un papel clave en la vida religiosa y social de Tallin. Durante el período soviético, la torre fue utilizada como antena de vigilancia por la KGB debido a su altura estratégica.
9. Las Tres Hermanas (Kolm Õde)
Las Tres Hermanas (Kolm Õde) son un conjunto de tres casas medievales contiguas, situadas en la calle Pikk, una de las arterias principales del casco antiguo de Tallin. Construidas en el siglo XV, estas casas pertenecieron originalmente a prósperos comerciantes hanseáticos y hoy en día albergan un exclusivo hotel boutique que mantiene intacto el encanto histórico del lugar.
Lo que hace especiales a estas edificaciones es su perfecta representación de la arquitectura medieval hanseática. Sus fachadas escalonadas, sus grandes ventanales y sus puertas de madera con detalles ornamentales reflejan el estilo de las casas burguesas de la época. Aunque cada una de las casas fue construida de manera independiente, a lo largo de los siglos fueron unificadas en una sola estructura.
A lo largo de su historia, las Tres Hermanas han sido testigos del auge y la caída de la Liga Hanseática, un poderoso bloque comercial que dominó el comercio en el Báltico durante la Edad Media. Se cree que estas casas sirvieron tanto de residencia como de almacén para los mercaderes que comerciaban con productos de toda Europa.
En la actualidad, el hotel que ocupa estas históricas edificaciones conserva muchos de los elementos originales, como techos de vigas de madera, murales pintados a mano y escaleras de piedra desgastadas por el tiempo. Aunque no te hospedes aquí, vale la pena pasar por delante y admirar su arquitectura, o incluso entrar a su restaurante o cafetería para echar un vistazo al interior.
10. Torre de Margarita la Gorda (Paks Margareeta)
La Torre de Margarita la Gorda (Paks Margareeta) es una de las fortificaciones más imponentes de Tallin y una de las paradas obligatorias para los amantes de la historia. Ubicada en la entrada norte del casco antiguo, junto a la Puerta de la Costa, esta enorme torre circular formaba parte del sistema defensivo de la ciudad y su puerto.
Construida entre 1511 y 1530, la torre debía reforzar la protección de Tallin frente a ataques marítimos. Su peculiar apodo, Margarita la Gorda, se debe a sus dimensiones: tiene 25 metros de diámetro y muros de hasta 5 metros de grosor, lo que la hacía prácticamente inexpugnable.
A lo largo de los siglos, ha tenido distintos usos. Fue prisión en el siglo XIX, almacén de pólvora y, desde 1932, alberga el Museo Marítimo de Estonia. En su interior, los visitantes pueden descubrir exposiciones dedicadas a la historia naval del país, modelos de barcos históricos y objetos rescatados del fondo del Báltico.
11. Murallas medievales de Tallinn
Las murallas medievales de Tallin son uno de los sistemas defensivos mejor conservados de Europa y una de las razones por las que su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construidas entre los siglos XIII y XVI, estas imponentes fortificaciones protegían la ciudad de invasiones y ataques, rodeándola con un perímetro de casi 2,4 kilómetros.
En su época de mayor esplendor, la muralla contaba con 46 torres de vigilancia y varias puertas de acceso, formando una defensa casi inexpugnable. Hoy en día, se conservan alrededor de 1,85 km de muralla y 20 torres, muchas de ellas accesibles para los visitantes.
Uno de los mejores tramos para recorrer la muralla es el que conecta las torres de Nunna, Sauna y Kuldjala, donde se puede subir y caminar por el camino de ronda, disfrutando de vistas espectaculares del casco antiguo y sus tejados rojos.
Día 2 en Tallin: Colina Toompea, barrio de Tellivisky y Kadriorg.
Después de un primer día explorando el casco antiguo, el segundo día en Tallin nos lleva a descubrir la colina de Toompea, con sus impresionantes miradores y edificios históricos, el moderno barrio de Telliskivi, el epicentro creativo de la ciudad, y el elegante Kadriorg, con su palacio y jardines reales.
12. Mirador Patkuli
El Mirador de Patkuli es uno de los mejores lugares para disfrutar de una vista panorámica de Tallin. Situado en la colina de Toompea, ofrece una imagen perfecta de las murallas medievales, las torres defensivas y los tejados rojizos del casco antiguo, con el mar Báltico y el puerto de fondo.
Se accede al mirador subiendo la escalinata de Patkuli, con más de 150 escalones, que conecta la parte baja de la ciudad con Toompea. Aunque la subida es algo exigente, la recompensa merece la pena: desde aquí se pueden ver algunos de los puntos más emblemáticos de Tallin, como la Iglesia de San Olav (Oleviste Kirik), las murallas medievales y el barrio de Kalamaja, con sus casas de madera de colores.
El mejor momento para visitarlo es al atardecer, cuando la luz resalta los tonos cálidos de los edificios y el paisaje se vuelve aún más fotogénico. En invierno, con la ciudad cubierta de nieve, la vista desde aquí es simplemente mágica.
13. Mirador Kohtuotsa
El Mirador de Kohtuotsa es uno de los más populares de Toompea y un lugar perfecto para disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de Tallin. Desde aquí, se obtiene una imagen espectacular del casco antiguo, con sus tejados rojizos, las torres medievales y, al fondo, los rascacielos modernos que muestran el contraste entre la historia y la evolución de la ciudad.
A diferencia del Mirador de Patkuli, que ofrece vistas hacia el puerto y las murallas, Kohtuotsa permite contemplar la ciudad desde otro ángulo. Es, además, el mirador más fotografiado de Tallin gracias a la famosa inscripción en la pared que dice «The Times We Had», un mensaje que se ha convertido en un símbolo para los viajeros.
Desde aquí se pueden ver lugares emblemáticos como:
- La Iglesia de San Olav (Oleviste Kirik), que en su día fue el edificio más alto del mundo.
- Las torres de la muralla medieval, con sus tejados en forma de cono.
- Los modernos edificios de la Tallin contemporánea, que contrastan con el casco histórico.
El Mirador de Kohtuotsa es una parada imprescindible para quienes quieren disfrutar de las mejores vistas de la ciudad y llevarse una foto icónica de su viaje a Tallin
14. Catedral de Tallin (Toomkirik)
La Catedral de Tallin (Toomkirik), también conocida como la Catedral de Santa María, es el templo más antiguo de la ciudad y uno de los lugares más emblemáticos de la colina de Toompea. Construida en el siglo XIII, esta iglesia luterana ha sido un símbolo del poder e influencia de la nobleza báltica durante siglos.
Desde el exterior, la catedral presenta un diseño sobrio con una torre blanca de 69 metros de altura, que se añadió en el siglo XVIII. Su interior, sin embargo, es mucho más interesante, con más de 100 escudos nobiliarios colgados en las paredes, pertenecientes a familias alemanas, suecas y rusas que dejaron su huella en la historia de Estonia.
Uno de los detalles más llamativos de la catedral son las antiguas lápidas y tumbas de personajes históricos, como la del explorador sueco Pontus De la Gardie o la del almirante ruso Samuel Greig. También destaca su gran órgano barroco, instalado en 1878 y aún utilizado en conciertos y ceremonias.
15. Catedral Alexandre Nevsky
La Catedral Alexander Nevsky es el templo ortodoxo más impresionante de Tallin y uno de los monumentos más llamativos de la colina de Toompea. Construida entre 1894 y 1900, durante el dominio del Imperio Ruso, su imponente silueta con cinco cúpulas negras domina el paisaje de la ciudad.
El exterior de la catedral destaca por su arquitectura de estilo neobizantino, con una fachada ricamente decorada en tonos blancos y rojizos. En su interior, el templo sorprende con su impresionante iconostasio dorado, sus frescos detallados y la tenue iluminación que crea una atmósfera solemne.
La catedral fue construida como un símbolo del poder ruso en Estonia, lo que generó rechazo entre la población local. De hecho, tras la independencia de Estonia en 1918, se planteó su demolición, aunque finalmente se decidió conservarla.
16. Castillo de Toompea
El Castillo de Toompea es uno de los edificios más antiguos e importantes de Tallin. Situado en la colina de Toompea, ha sido durante siglos el centro del poder en Estonia y, en la actualidad, alberga el Parlamento del país (Riigikogu).
Construido en el siglo XIII por los daneses, el castillo formaba parte del sistema defensivo de la ciudad. A lo largo de los siglos, ha sido modificado por los diferentes gobernantes que han controlado Tallin, desde la Orden Teutónica hasta el Imperio Ruso. Su estructura combina elementos medievales con añadidos de épocas posteriores, lo que le da un aspecto único.
Uno de los elementos más emblemáticos del castillo es la torre Pikk Hermann (Larga Hermann), que con sus 45 metros de altura se ha convertido en un símbolo de Estonia. En su cima ondea la bandera nacional, y cada día al amanecer se realiza una ceremonia para izarla, acompañada del himno del país.
Aunque el interior del castillo no está abierto al público, se puede visitar el exterior y caminar por los alrededores, donde se encuentran algunos de los mejores miradores de la ciudad.
17. Jardín del Rey Danés
El Jardín del Rey Danés (Taani Kuninga Aed) es un pequeño rincón escondido en la colina de Toompea, justo al lado de las murallas medievales. Este tranquilo jardín es un lugar ideal para pasear y disfrutar de una vista única de las torres y murallas del casco antiguo.
Según la leyenda, fue aquí donde, en 1219, el rey danés Valdemar II y su ejército acamparon antes de la batalla contra las tribus estonias. Se dice que, en plena batalla, el estandarte danés, conocido como Dannebrog, cayó del cielo, dando fuerzas a los soldados daneses y asegurando su victoria. Este suceso es tan importante para Dinamarca que el Dannebrog sigue siendo su bandera nacional y la más antigua en uso continuo del mundo.
Hoy en día, el jardín es un espacio tranquilo con bancos y árboles, ideal para hacer una pausa. Uno de los elementos más llamativos del lugar son las tres misteriosas estatuas de monjes, que le dan un aire místico al jardín, sobre todo al atardecer.
18. Barrio alternativo de Telliviski
El barrio de Telliskivi, ubicado a pocos minutos del casco antiguo, es el epicentro creativo y gastronómico de Tallin. Lo que antes era una zona industrial con antiguas fábricas soviéticas, hoy se ha convertido en el barrio más alternativo de la ciudad, lleno de cafeterías, restaurantes, tiendas de diseño y arte urbano.
19. Palacio de Kadriorg.
El Palacio de Kadriorg es el edificio más elegante de Tallin y uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca en el Báltico. Construido en 1718 por orden del zar Pedro el Grande, este palacio fue diseñado como residencia de verano para la emperatriz Catalina I (de ahí su nombre, Kadriorg, que significa «Valle de Catalina» en estonio).
Ubicado en el Parque de Kadriorg, a unos 2 km del casco antiguo, el palacio destaca por su fachada de colores rojo y blanco, sus ventanales ornamentados y su interior decorado con frescos y mobiliario del siglo XVIII.
Los jardines del palacio están inspirados en los jardines franceses de Versalles. Estos jardines simétricos con fuentes, esculturas y senderos son perfectos para pasear.
Hoy en día, el palacio alberga la sede del Museo de Arte de Estonia, con una colección de pintura y escultura europea de los siglos XVI al XX.
20. Jardín Japonés de Kadriorg
El Jardín Japonés de Kadriorg es un rincón tranquilo y armonioso dentro del Parque de Kadriorg, ideal para desconectar del bullicio de la ciudad y disfrutar de la naturaleza. Fue diseñado en 2011 por el reconocido arquitecto paisajista japonés Masao Sone, quien combinó elementos tradicionales de los jardines japoneses con el entorno natural de Estonia.
A diferencia del estilo simétrico del cercano Palacio de Kadriorg, este jardín sigue el diseño más libre y fluido típico de Japón, con caminos sinuosos, estanques, puentes de madera y rocas dispuestas cuidadosamente.
¿Cómo ir del aeropuerto de Tallinn al centro?
El Aeropuerto de Tallin (Lennart Meri) se encuentra a solo 4 km del centro de la ciudad, por lo que el traslado es rápido y sencillo. Existen varias opciones para llegar al casco antiguo o a otras zonas de la ciudad.
1. Tranvía (opción más barata y cómoda)
- Línea: Tranvía nº 4 (su ruta es «Lennujaam – Tondi»).
- Duración: Unos 15-20 minutos hasta el centro.
- Frecuencia: Cada 6-10 minutos durante el día.
- Parada en el aeropuerto: Justo a la salida de la terminal.
- Parada en el centro: «Viru», la mejor opción para ir al casco antiguo.
- Precio: 2€ si compras el billete en la máquina o con la app «pilet.ee».
2. Autobús (buena opción si tu destino está fuera del centro)
- Línea: Autobús nº 2 (ruta «Reisisadam – Mõigu»).
- Duración: 20-25 minutos.
- Frecuencia: Cada 20 minutos.
- Parada en el aeropuerto: Justo fuera de la terminal.
- Precio: 2€ por trayecto.
3. Taxi (rápido y económico para grupos o equipaje pesado)
- Duración: 10-15 minutos al centro.
- Precio: Entre 8 y 15€, dependiendo del tráfico y la compañía.
- Dónde tomarlo: En la zona de taxis oficial a la salida del aeropuerto.
- Recomendación: Es mejor usar apps como Bolt (la más popular en Tallin) para evitar sobreprecios.
¿Dónde alojarse en Tallin?
Tallin es una ciudad pequeña y fácil de recorrer, por lo que cualquier zona bien ubicada te permitirá disfrutar al máximo de tu visita
- Casco antiguo (Vanalinn). Si es tu primera vez en Tallin, el casco antiguo es la mejor opción. Aquí estarás rodeado de calles adoquinadas, edificios medievales y la mayoría de los atractivos turísticos a pocos pasos.
- Ciudad Moderna (Kesklinn). Si prefieres un hotel moderno, más económico y bien comunicado, la zona de Kesklinn (centro moderno) es una gran alternativa. Está a solo 10-15 minutos a pie del casco antiguo y cerca de estaciones de tranvía y autobús.
- Telliskivi y Kalamaja. Si buscas una experiencia más alternativa, el barrio de Telliskivi y Kalamaja es perfecto. Conocido por su arte callejero, cafés hipsters y ambiente creativo, es la zona más moderna y juvenil de Tallin. Está a unos 15-20 minutos a pie del casco antiguo.
- Kadriorg:. Si prefieres alojarte en una zona más tranquila, alejada del bullicio turístico, Kadriorg es una excelente opción. Este barrio residencial es famoso por el Palacio de Kadriorg, sus jardines y su proximidad a la costa.
No te pierdas las mejores ofertas de alojamiento en Tallin.