Cuando os contamos nuestra experiencia en el Castillo de Warwick dijimos que los jardines de The Mill Garden merecían mención aparte y es que la visita a este pequeño edén que parece sacado de un cuento de hadas es un complemento perfecto y obligatorio si visitáis la ciudad de Warwick. Un remanso de paz y de belleza lejos del ajetreado bullicio del castillo.
¿Cómo llegar a The Mill Garden?
Si estáis en Warwick nuestro punto de referencia es siempre el castillo y, en concreto, la entrada peatonal al mismo que se encuentra frente a la Iglesia de San Nicolás (St Nicholas Church). Desde ahí, tomaremos la calle que desciende por el margen izquierdo de la entrada del castillo llamada Mill Street que, por cierto, es una de las calles más encanto de Warwick.
Al ser una calle sin salida no tiene mucho pérdida, al final del todo a los pies del castillo os encontraréis con una pequeña entrada de acceso a los jardines.
Visita a los jardines The Mill Garden
Estos jardines son privados y están gestionados por una pareja mayor. De hecho según me comentaron los propietarios, mientras tomaban el te como buenos ingleses, es el jardín de su casa y en los últimos 60 años ha sido cuidado por su familia.
Los jardines abren de abril a octubre todos los días de 9 de la mañana a 6 de la tarde y la entrada en 2017 es de 2,50 libras. Aunque ocupan una área bastante pequeña y la visita es relativamente corta merece bien la pena pagar la entrada para descansar y relajarse a orillas del río y sacar las mejores fotos de vuestra visita a la ciudad.
Sin duda, lo que realmente hace especial al jardín es su situación. Por un lado el río y la ruinas de un puente medieval y por otro, la majestuosa torre de César del castillo de Warwick que se cierne sobre los jardines. Merece la pena pasear por el medido recorrido que recorre el jardín y que os regalará espléndidas vistas del entorno y del castillo de Warwick. Y si tienes la suerte de ir un día soleado estoy seguro que no podrás evitar pararte a descansar en alguno de los numerosos bancos estratégicamente a lo largo del jardín. Parece mentira que un lugar tan pequeño te deje con una sensación de paz tan grande.