Castillo de Belmonte

Castillo de Belmonte, un castillo medieval con aires afrancesados

La villa de Belmonte está situada en la provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, y su principal atractivo es una imponente fortaleza de estilo gótico mudéjar que alberga en su interior un palacio neogótico que ha sido testigo de interesantes acontecimientos históricos. La geografía española está marcada por la presencia de cientos de fortalezas y enclaves defensivas, pero muy pocos pueden compararse con el castillo de Belmonte, uno de los castillos más bellos de la península ibérica.

El castillo de Belmonte, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, se encuentra en perfecto estado de conservación gracias a las distintas reformas llevadas a cabo a largo de los siglos. Una de las de mayor importancia fue realizada durante del siglo XIX por su ilustre propietaria Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, nombre que oiremos en más de una ocasión durante la visita al monumento.

En este artículo, te contamos algunos datos de interés y nuestra experiencia para organizar la visita el castillo de Belmonte, uno de los monumentos más bonitos del interior de España y parada imprescindible en la Ruta de odn Quijote.

Preparar la visita

¿Cómo llegar?

El castillo está situado en lo alto del cerro de San Cristóbal y es visible prácticamente desde cualquier punto de la población. En las inmediaciones del castillo encontramos un amplio parking de tierra gratuito. También puedes dejar el coche en el pueblo y ascender hasta el castillo por la Calle Eugenia de Montijo.

Horario y Precio

El horario de visita varía a lo largo del año. Os aconsejamos revisar los horarios en la web oficial antes de visitar. Generalmente el castillo abre mañanas y tardes, cerrando un par de horas al mediodía. La visita al conjunto nos llevó alrededor de 1h y 30min.

La entrada general para adultos son 9€. Este precio incluye un audioguía, imprescindible para conocer mejor la historia del castillo y aprovechar al máximo la visita.

Castillo de Belmonte

Exterior del castillo de Belmonte

El conjunto es de estilo gótico mudéjar y es sin duda uno de los más espectaculares de España. Fue mandado construir en 1456 por don Juan Pacheco, consejero del Rey Enrique IV de Castilla y primer Marqués de Villena.

Antes de iniciar la visita al castillo de Belmonte, merece la pena a dedicar un tiempo a observar el monumento desde sus exteriores. La imagen más bonita se obtiene desde el lado oriental donde se encuentra la Puerta del Campo.

El edificio principal está rodeado por una muralla de vistosas almenas. Tras la muralla, se alza el edificio palaciego custodiado por seis torres cilíndricas y una séptima de mayor tamaño, la torre del homenaje. Las defensas del castillo conectan con el lienzo de muralla que protege la ciudad lo que engrandece el papel defensivo de la fortaleza.

Visita al Castillo de Belmonte

A los fans de Tolkien y del Señor de los Anillos, les interesará saber que el Castillo de Belmonte es el Abismo de Helm de la versión animada de Ralph Bakshi de 1978. Aunque no es su único papel cinematográfico ya que también apareció en la película clásica de El Cid, así como en otros films españoles más recientes como El Caballero Don Quijote y Juana la Loca.

Interior del castillo de Belmonte

Accedemos al interior del edificio por la Puerta del Campo. Para explorar la fortaleza existen hasta 5 recorridos recomendados para no perderse nada. En este artículo, nos centraremos en los espacios más importantes.

Tras salvar la primera línea de muralla, un portón nos da acceso al recinto palaciego entrando de lleno en el patio de armas. Lo primero que nos llama la atención es su planta triangular y las dos alas del palacio que convergen hacia a un aljibe con dos columnas.

Arquitectónicamente, el palacio destaca por su color rojizo y líneas más modernas, que contrastan notablemente con el exterior medieval en piedra. Esto nos lleva inevitablemente a hablar de una de sus propietarias, Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III y descendiente del Marqués de Villena. La emperatriz mandó remodelar el castillo a mediados del siglo XIX y lo dotó de un elegante edificio neogótico de aires afrancesados que constituye el núcleo de la visita.

Sugerimos empezar con dos visitas secundarias. La primera a la armería situada en los bajos de la torre del homenaje. A continuación, podemos bajar hasta las mazmorras con un aire ciertamente tenebroso.

Armeria castillo de Belmonte

Tras ello, regresamos al patio desde donde accederemos a otra sala, ya en el edificio palaciego, para ver un pequeño documental sobre la historia del castillo, y desde ahí, continuar el tour por las diferentes salas.

La visita se puede dividir en dos partes. La primera discurre por la zona que originalmente constituía el palacio medieval pasando, entre otros, por la escalera principal, el Salón del Estrado, el Salón de Gobierno y el Salón de los Embajadores. Este último luce un impresionante techumbre mudéjar.

Salón de los Embajadores, castillo de Belmonte

La segunda parte del recorrido discurre por las estancias señoriales que fueron ocupadas por Eugenia de Montijo. Estas salas están decoradas con muebles de época y se puede apreciar el estilo imperial que trajo la consorte de Napoleón III. Entre otras salas, veremos el Salón de la Emperatriz o el Dormitorio con un fabuloso artesonado mudéjar.

Tras recorrer las estancias afrancesadas, continuaremos el itinerario por el adarve. No olvidéis subir a las distintas torres para así disfrutar de unas magníficas vistas del entorno y de la población de Belmonte. Además, si os fijáis, también podéis ver los tres molinos que aun se mantienen en pie en esta localidad manchega.

Vistas de Belmonte desde el castillo

Acabada la visita al palacio, podéis dar un paseo por el parque del castillo. Además de una vista diferente de la fortificación, se puede visitar el Trebuchet Park, una importante colección al aire libre de máquinas de asedio. En fines de semana se organizan visitas guiadas a esta singular colección.

Qué ver en Belmonte, más allá del castillo

Si aun os queda tiempo, podéis aprovechar para dar un paseo por la villa de Belmonte. La colegiata de San Bartolomé, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel o las murallas, son algunos de los atractivos turísticos de la localidad.

Nosotros nos dimos un paseo por el pueblo, y también aprovechamos para comer en uno de sus restaurantes poniendo así la guinda a nuestra visita.

Como véis, Belmonte es un lugar perfecto para realizar una excursión de un día o como parada durante la Ruta del Quijote, a la vez que se visita uno de los castillos más bonitos de España.


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