Alcalá del Júcar, el pueblo más bonito de la provincia de Albacete

El nombre de Alcalá del Júcar nos da algunas pistas de los que nos espera en esta bella localidad situada al noroeste de la provincia de Albacete. Alcalá viene del árabe y significa pequeño castillo, en referencia a la fortificación construida durante el dominio musulmán en lo más alto del pueblo. Júcar hace referencia al río que discurre a los pies de la localidad. En Alcalá las casas se construyeron sobre las paredes de la montaña aprovechando también la protección natural del río Júcar.

Tenemos que reconocer que lo nuestro con Alcalá del Júcar fue amor a primera vista. Y es que difícil no enamorarse de este pueblo de casas blancas excavadas en la roca, un castillo inexpugnable que domina la hoz del río Júcar y el sonido del agua del río que suena a los pies de localidad. Digamos que cumple todos los requisitos para ser un pueblo con encanto, uno de esos que tanto nos gustan.

Aunque no os vamos a engañar, nuestras expectativas con Alcalá del Júcar eran bastante altas ya que sabíamos que habían sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, además de ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Como dato curioso, contaros que en 1986 Alcalá del Júcar recibió el tercer premio a la mejor iluminación artística, después de la Torre Eiffel y la Mezquita Azul de Estambul.

Qué ver en Alcalá del Júcar

La visita a Alcalá del Júcar se puede realizar relativamente en pocas horas, aunque todo dependerá del tiempo que le queramos dedicar a cada sitio y si queremos visitar también los alrededores. Nosotros no disponíamos de mucho tiempo, así que nos conformamos con ver algunas de las principales visitas en Alcalá del Júcar y pasear por sus empinadas calles. Podríamos decir que para una primera toma de contacto serían suficientes tres horas pero harán falta unas cuantas horas más para disfrutar bien del entorno. A continuación, os dejamos con los principales lugares que hay ver en Alcalá del Júcar:

Mirador de Alcalá del Júcar

Llegamos a Alcalá del Júcar bien entrada la tarde por la carretera autonómica CM 3201. A 1km del pueblo, a la altura del Barranco de la Noguera, realizamos la primera parada del viaje para contemplar las magnífica panorámica desde del mirador de Alcalá del Júcar. Aunque la parte nueva del pueblo se asoma en la parte baja, la imagen de Alcalá del Júcar y su entorno sigue siendo mágica.

Dejamos atrás el mirador y en poco más de dos minutos llegamos a las inmediaciones del pueblo. Aparcamos el coche muy cerca del río, concretamente en el parking de la Calle Cañada de Dominguillo. Un buen lugar para empezar la ruta por el pueblo.

Puente romano

Desde esta orilla del río se obtiene una de las estampas más conocidas de Alcalá del Júcar. De un vistazo podemos vemos lo mejor del pueblo: el río, el castillo, el puente romano y la iglesia. Cruzamos por el denominado puente romano, que paradójicamente no es de origen romano. En realidad los orígenes del puente son algo confusos pero la creencia más sólida es que fue construido en el siglo XIV. Aun así el puente ha sido reconstruido en numerosas ocasiones a lo largo de su historia debido a las fuertes crecidas del río Júcar.

Al otro lado del río observamos una pasarela de madera que discurre junto a la orilla. Aunque nos entraron ganas de pasear, como era un poco tarde decidimos aprovechar la luz del día para ver el pueblo y visitar el castillo. Aun así, os lo dejamos apuntado si vais con más tiempo.

Empezamos oficialmente el paseo por el pueblo con fuerte ascenso por la denominada Cuesta Hondonera. Esta es una de las vías principales y de obligado paso para ver Alcalá del Júcar. A nuestros pies dejamos la pasarela muy frecuentada por locales y turistas.

Iglesia de San Andrés

La cuesta Hondonera asciende rápidamente por el casco antiguo hasta llegar a la Iglesia de San Andrés, la principal edificio religioso del pueblo. Nos asomamos a su interior que es sencillo y sin ningún elemento que llame especialmente la atención, algo comprensible en una iglesia de estilo rural. No en vano en el exterior destaca su torre y una elegante cúpula, visible desde distintos puntos del pueblo. Posiblemente la mejor vista de la iglesia se obtiene desde el castillo.

En uno de los laterales de la iglesia se halla el actual ayuntamiento de Alcalá del Júcar. Desde aquí empezamos a zigzaguear pueblo arriba siguiendo distintos carteles que nos van guiando por las estrechas y empinadas calles hasta llegar al castillo. De vez en cuando se nos descubren miradores o pequeños rincones con encanto.

Ya en lo más alto de la villa nos damos cuenta de su impresionante situación sobre un risco, pudiéndonos asomar al otro lado de la montaña para ver una bella imagen de la hoz del Júcar.

Castillo de Alcalá del Júcar

Como un verdadero guardián de la villa, durante más de ocho siglos el castillo de Júcar ha dominado la localidad desde las alturas. Los orígenes del castillo se remontan al siglo XII cuando los árabes construyeron una fortaleza que formaba parte de la línea de defensa en la ribera del Júcar. No obstante, en menos de un siglo y tras la conocida batalla de las Navas de Tolosa, el castillo fue tomado en 1213 por Alfonso VIII de Castilla. Desde entonces la mayor parte de la historia del castillo y de la localidad estuvo relacionada con el señorío de Villena y posterior marquesado.

Durante la visita al castillo podremos subir a lo más alto del torreón para disfrutar de unas vistas impresionantes sobre el pueblo y alrededores. También podremos pasear por el antiguo patio de armas y ver el castillo desde otros ángulos. El castillo en sí no tiene nada que ver en su interior más allá de su estructura medieval. De hecho hasta su restauración en el siglo pasado el castillo se encontraba muy deteriorado.

Horarios de visita

De lunes a viernes de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00.
Sábados y domingos de 10:30 a 14:30 y de 16:00 a 20:00.

Precios

Entrada 2.5€.
Hay una entrada conjunta con la plaza de toros por 3,5€

Existen algunas leyendas populares en torno al castillo que versan sobre una tal princesa Zulema. Una de ellas cuenta que Zulema fue una cristiana raptada por el moro Garadén para que se convirtiera en musulmana y después casarse con ella. Antes que casarse con Garadén y renunciar a la cristiandad, la princesa Zulema prefirió suicidarse arrojándose desde lo más alto del torreón.

Como complemento, se incluye la visita a una casa cueva bien restaurada.

Plaza de toros

Desde el castillo se obtiene una buena imagen de la plaza de toros. Destaca por su forma ovalada y sus gradas excavadas en la piedra lo que la convierten en una plaza muy original. Actualmente, la plaza hace las veces de plaza de toros y de teatro municipal.

Cuevas

Para acabar, no podemos dejar de mencionar otro de sus lugares de interés: las cuevas. Nosotros solo pudimos visitar la casa cueva del castillo pero nos quedamos con las ganas de entrar a ver alguna otra así que os las dejamos apuntadas para que nos contéis que tal la experiencia. La más conocida es la Cueva del Diablo con un inmenso túnel excavado en la montaña originalmente dedicado a corrales, alacenas y palomares. En la actualidad alberga varias salas con objetos antiguos, un bar y ¡hasta una discoteca!.

También se pueden visitas las cuevas de Masagó, del Duende y la del Rey Garadén (el de la leyenda), esta última de origen íbero.

Hasta aquí nuestra rápida visita a Alcalá del Júcar un pueblo que nos dejó boquiabiertos desde el minuto uno pero al que nos hubiera gustado dedicarle un poco más de tiempo para poder visitar sus cuevas, pasear por las pasarelas del río o simplemente relajarnos observando el bello conjunto arquitectónico y natural que forma Alcalá del Júcar.

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